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¿Conculcación de derechos?: El impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y derecho= a la alimentación en Panamá

 

Dr. Carlos Guevara Manny*x =

*Autor para Correspondencia. E-mail: cguevara@fsu.edu; mdt19b@my.fsu.edu; jasonrmarcus@gmail.com

 

Recibido: 31 de diciembre de 2020 

Aceptado: 12 de enero de 2020

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Resumen:

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El presente artículo analiza la afectación que ha tenido la pandemia de la COVID-19 en = la seguridad alimentaria y el derecho a la alimenación en Panamá. Para ello, se parte de un analisis teórico de los conceptos de seguridad alimentaria y derecho a la alimentación, en donde se estudia su desarrollo y regulación a nivel nacional e internacional. Posteriormente, se analiza la situación en = la que se encontraba Panamá, en refencia a ambos conceptos, antes de la pademi= a. Por útlimo, se determina el impacto que ha tenido la pandemia en esta problemát= ica, y se analiza la respuesta de Panamá ante la misma.

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Palabras cl= ave: =

:

: Food security, right to food, COV= ID-19, United Nations, Panama

Introducció= n

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Aparte de s= er una tragedia de grandes proporciones, la pandemia del nuevo coronavirus (CO= VID-19) proporciona una oportunidad para medir la capacidad de los gobiernos de gestionar la seguridad humana durante una crisis, conforme a un criterio de derechos. El sustento alimentario básico y el acceso al agua potable son los aspectos más críticos de nuestra supervivencia y, por tanto, de la seguridad humana. Por ende, son reconocidos, tanto en el Sistema de las Naciones Unid= as, como en el Sistema Interamericano, como derechos humanos.=

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Según estimaciones de las agencias especializadas del Sistema de las Naciones Uni= das , en 2019 (antes de la pandemia de COVID-19), 2 billones de personas en todo = el planeta—lo que equivale al 26% de la población mundial—en algún momento exp= erimentaron hambre o no tuvieron acceso a alimentos nutritivos y suficientes, lo que las llevó a padecer niveles de inseguridad alimentaria entre moderados y graves= [1]. Con= cretamente, en 2019 había 690 millones de personas en situación de malnutrición por déf= icit o subalimentación. Esta cifra equivale, aproximadamente, al 9% de la poblac= ión mundial de ese año. La población malnutrida tiene comprometido su acceso a alimentos nutritivos o refleja una ingesta insuficiente de ellos. Sumados a= la subalimentación, otros tipos de malnutrición, como el sobrepeso y la obesid= ad, son condiciones cada vez más difundidas, debido a los cambios en los hábitos alimentarios en todo el mundo.[2]=

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A pesar de = su prosperidad y el crecimiento económico sostenido en treinta años de democra= cia (1989-2019), la República de Panamá no es ajena a esta problemática mundial= . Aunque la medición de la inseguridad alimentaria es incompleta y no se actualiza regularmente, antes de la pandemia, la población subalimentada fue estimada= en un 9.5% de la población total, lo que equivale a unas 400,000 personas en t= odo el país.[3] En c= uanto a otros tipos de malnutrición, según los resultados preliminares del Primer Censo Preventivo de Salud realizado por el Ministerio de Salud y la Caja del Seguro Social en 2015-2017, del total de 234,145 personas censadas, el 43.6= % fue diagnosticado con sobrepeso (incluyendo obesidad), lo que representa el may= or porcentaje entre las enfermedades no transmisibles diagnosticadas en toda l= a república.[4]=

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Panamá se enfrenta a severos desafíos ante la crisis de salud pública por la pandemia= de COVID-19. Como resultado del devastador estancamiento económico causado por= el confinamiento ordenado por el gobierno de Laurentino Cortizo (PRD, 2019-202= 4), la gestión de la seguridad alimentaria debe ser la principal prioridad para= el gobierno panameño durante la pandemia, partiendo de la noción de que la alimentación constituye, además de una necesidad fisiológica, un derecho hu= mano. Aunque se han presentado varias iniciativas como respuesta a esta preocupac= ión, a primera vista, el problema parece estar empeorando, en lugar de estar sie= ndo atendido efectivamente. Por esta razón, en este artículo reflexionamos acerca de la efectividad de la respuesta de Panamá ante la intensificación de la insegur= idad alimentaria durante la pandemia.

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Antecedentes teóricos

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En 1983, Richard Ullman advirtió que la forma tradicional de evaluar la seguridad, utilizando únicamente al Estado como unidad de análisis, era inadecuada. Explicó que, si bien un Estado puede tener éxito protegiendo su territorio soberano de amenazas externas, en un sentido realista esta estrategia tiene poca conexión con la seguridad de los individuos dentro del propio Estado.[5] En 1= 994, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (“PNUD”) dedicó su informe anual a un nuevo enfoque de seguridad centrado en las personas en l= ugar de los Estados. El PNUD dio a este concepto el rótulo de “seguridad humana”, definida como “libertad para vivir sin miedo y libertad para vivir sin mise= ria.” El informe describe siete áreas críticas que contribuyen a la seguridad hum= ana: seguridad económica, alimentaria, sanitaria, ambiental, personal, comunitar= ia y política.[6]=

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Si bien el concepto de seguridad humana ha sido criticado por su imprecisión,[7] no c= abe duda de la importancia crítica de uno de sus elementos: la seguridad alimentaria. Es esta una condición que “existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”, de acuerdo con la definición de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 199= 6.  Para que esta situación se concrete o h= aga realidad, las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria—disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad—deben cumplirse de manera simultánea.

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La disponibilidad de alimentos está relacionada con el suministro, y determina= da por el nivel de producción de alimentos, los niveles de existencias y la balanza comercial.[8] El acceso a los alimentos significa que las personas poseen los recursos neces= arios para obtener los alimentos apropiados para una dieta nutritiva.[9] La accesibilidad depende de las condiciones del mercado y los precios de los alimentos, así como del poder adquisitivo de las personas, lo que, a su vez, está relacionado con sus oportunidades de empleo e ingresos.[10]

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La utilizac= ión se entiende comúnmente como la forma en que el cuerpo aprovecha al máximo l= os diversos nutrientes de los alimentos. Un buen uso de los alimentos por parte del organismo depende de una alimentación adecuada y diversa, de un óptimo estado de salud y buenos hábitos alimentarios, incluida la correcta prepara= ción de los alimentos y su eficiente distribución en los hogares, para que, de e= ste modo, la ingesta de energía y nutrientes sea suficiente. Adicionalmente, pa= ra lograr un estado de bienestar nutricional en el que se satisfagan todas las necesidades fisiológicas, es necesario el acceso al agua potable, el saneam= iento y la atención de salud.[11]

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“Estabilida= d” significa que las personas tienen acceso a una alimentación adecuada en todo momento.[12] Esta dimensión destaca la importancia de reducir los efectos adversos en las otras tres dimensiones de la seguridad alimentaria.[13] La vulnerabilidad y los choques o fluctuaciones relacionadas con la oferta y demanda de alimentos son subdimensiones de la estabilidad.[14]

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En el debate sobre seguridad alimentaria, existen conceptos relacionados, entre ellos, e= l “derecho a la alimentación”, la “soberanía alimentaria”, y la “democracia alimentari= a”. De acuerdo con las “Directrices voluntarias” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (“FAO”), el derecho a la alimentación no se limita a que las personas sean alimentadas, sino, fundamentalmente, a que la alimentación se realice en condiciones de dignid= ad.[15] El derecho a una alimentación adecuada se define como “el derecho a tener acce= so, de manera regular, permanente y libre, sea directamente, sea mediante compr= a en dinero, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, que corresponda a las tradiciones culturales de la población a = la que pertenece el consumidor y que garantice una vida física y psíquica, individual y colectiva, libre de angustias, satisfactoria y digna”.[16]

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Varios instrumentos internacionales reconocen el derecho a la alimentación como un derecho humano. En el Sistema de las Naciones Unidas, el punto de partida e= s la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)[17] a la que se añade, de manera importante, el Pacto Internacional de Derechos Econ= ómicos, Sociales y Culturales (1966).[18] Muc= hos otros instrumentos de las Naciones Unidas se refieren a este derecho, los m= ás significativos de los cuales se mencionan al calce.[19]

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La relatora= de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Hilal Elver, explica= que la realización de este derecho depende, en primer lugar, de alcanzar la seguridad alimentaria. Ambos conceptos podrían usarse alternativamente; sin embargo, difieren porque el derecho a la alimentación se basa en un enfoque= de derechos humanos y la seguridad alimentaria se basa en una “visión económica orientada a la oferta”.[20]

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En el Siste= ma Interamericano se reconoce este derecho en el Protocolo de 1988 a la Conven= ción Americana de Derechos Humanos (Protocolo de San Salvador)[21] y e= n la Convención Interamericana sobre obligaciones alimentarias (1989).[22]

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El derecho interno de la República de Panamá también estatuye el derecho a la alimentación. La Constitución Política vigente (1972), en su artículo 56, e= stablece la obligación del Estado de garantizar la alimentación a sectores vulnerabl= es como los menores de edad, los ancianos y los enfermos desvalidos. El artícu= lo 59, a su vez, instituye la obligación de los padres de alimentar a sus hijo= s; y el artículo 110 impone al Estado el desarrollo de “una política nacional de alimentación y nutrición que asegure un óptimo estado nutricional para toda= la población, al promover la disponibilidad, el consumo y el aprovechamiento biológico de los alimentos adecuados.”

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Finalmente,= el artículo 118 de la Constitución Política establece como deber del Estado “garantizar que la población viva en un ambiente sano y libre de contaminac= ión, en donde el aire, el agua y los alimentos satisfagan los requerimientos del desarrollo adecuado de la vida humana.” Este artículo, así como la parte de= l artículo 110 alusiva al “aprovechamiento biológico de los alimentos adecuados”, se refiere a la dimensión de la seguridad alimentaria conocida como “utilizaci= ón” (ver arriba). El artículo 118, específicamente, hace referencia a la inocuidad de los alimentos como elemento importante para asegurar su adecuada utilizació= n.

=

Un segundo concepto relacionado es el de la soberanía alimentaria. Según Vía Campesina= , organización promotora de esta propuesta:

 =

[23]

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Por otro la= do, la democracia alimentaria es “la implicación ciudadana en las cuestiones agríc= olas y alimentarias. Este concepto, agrega Claire Heinisch, “se funda en la crít= ica del individualismo y reconoce que los consumidores pueden ser sensibles a l= os intereses de los demás (productores de alimentos, otros consumidores, gener= aciones futuras y otras especies)”.[24]

 

¿Cómo se determina la seguridad alimentaria?<= /o:p>

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Tradicional= mente, el análisis de la suficiencia se ha hecho sobre la base de la contabilizaci= ón del Suministro de Energía Alimentaria (SEA) de un país, por medio de las Ho= jas de Balance de la FAO, contrastando el resultado con el requerimiento mínimo necesario para que sobrevivan todos sus habitantes, en función de su distribución etaria y por sexo, y de un nivel mínimo de actividad física (alrededor de 1,840 kilocalorías por día). De acuerdo con la FAO:

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[25]

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Otra metodología para aproximarnos a la seguridad alimentaria de una sociedad se basa en la evaluación de la situación nutricional. La malnutrición, explica= la FAO (2006) “es la deficiencia, exceso o desbalance de energía calórica o de= uno o más nutrientes, incluyendo proteínas, vitaminas, minerales, o trazas de elementos.”[26] Incluye las siguientes condiciones: “desnutrición (retraso del crecimiento, emaciación e insuficiencia ponderal), los desequilibrios de vitaminas o minerales, el sobrepeso, la obesidad, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación.”[27]

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Como se mencionó al inicio, el número de personas en condiciones de inseguridad alimentaria en todo el mundo se estimó en 2 billones en 2019, lo que repres= enta más de una cuarta parte de la población mundial. Un factor importante detrá= s de la inseguridad alimentaria es la desaceleración económica, especialmente en áreas pobres y con profundas desigualdades.[28] Se produce una desaceleración cuando el crecimiento del producto interno bruto= (PIB) se ralentiza, pero no disminuye.  C= uando el PIB disminuye, el término correcto es “recesión”.[29]

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Hasta el momento, la pandemia de COVID-19 ha creado problemas tanto del lado de la oferta como de la demanda de la seguridad alimentaria mundial. Según el Ban= co Mundial, las cadenas de suministro de alimentos se han mantenido más establ= es que el comercio a nivel mundial. Sin embargo, se han visto comprometidas en= algunos países como consecuencia del acaparamiento, los confinamientos, las restricciones de movilidad y las condiciones de salud de los trabajadores vinculados al sector agropecuario.

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Los impacto= s del lado de la oferta también pueden estar vinculados a interrupciones en el suministro de insumos agrícolas como fertilizantes, semillas o escasez de m= ano de obra. Los países que dependen de una gran cantidad de importaciones para= el suministro de alimentos son especialmente vulnerables a las posibles restricciones de exportación relacionadas al acaparamiento en los países exportadores. Estos países pueden optar por almacenar o acumular sus excede= ntes en un esfuerzo por protegerse contra la futura inseguridad alimentaria de su propia población.

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Por el lado= de la demanda, la pérdida de ingresos y remesas monetarias del extranjero están creando fuertes tensiones y riesgos para la seguridad alimentaria en muchos países.[30] Sin ingresos, no se pueden comprar alimentos. En otras palabras, la falta de ingresos limita u obstaculiza por completo el acceso a los alimentos.<= /o:p>

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Los confina= mientos impuestos por los gobiernos, con el fin de aplanar la curva de propagación = de COVID-19, han creado una crisis económica generadora de desempleo y pérdida= de ingresos en todas partes. Un informe elaborado por el Sistema de la Integra= ción Centroamericana (SICA) sobre el impacto económico proyectado del COVID-19 en Centroamérica y República Dominicana estableció cinco formas en que América Latina se vería afectada directamente.

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En primer l= ugar, a través de una reducción general de la actividad comercial en todos los sectores de la región. En segundo lugar, mediante una reducción significati= va en la demanda de servicios en el turismo, un sector del que dependen muchos países de la región. En tercer lugar, como consecuencia de la interrupción = de las cadenas globales de suministro. En cuarto lugar, a través de la caída de los precios de algunas de las principales exportaciones de la región. Y, en quinto lugar, la incertidumbre que cubre toda la situación mantendrá en suspenso la mayoría de las inversiones, a la espera de que pase la crisis.<= o:p>

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En Centroamérica, se espera una disminución en las remesas que normalmente env= ían migrantes de la región desde Estados Unidos y Europa.[31] Adicionalmente, las interrupciones en las cadenas de suministro y los cambi= os de precios podrían afectar con más fuerza a los países que importan una gran parte de sus alimentos, porque dependen de estas redes para procurar una pa= rte considerable de su oferta alimentaria. Un ejemplo claro es Haití, donde se importa el 88% del arroz consumido en el país.

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Otra debili= dad alarmante de la región es la gran cantidad de trabajadores informales. La i= nformalidad en América Latina abarca, aproximadamente, a 130 millones de personas, quie= nes han sido muy afectadas por las medidas de contención del COVID-19, impidiéndoles trabajar y, por ende, comprar alimentos.[32] La imposición de estas medidas, evidentemente, tiene implicaciones para su der= echo a la alimentación.

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Panamá en vísperas de la pandemia

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Tanto en Pa= namá como en muchas otras partes del mundo, la persistencia de malnutrición—incluyendo subalimentación y sobrepeso—guarda estrecha relación con factores exógenos al individuo. En primera instancia, vale la pena mencionar la manera en que se producen, se comercializan, y se hacen accesi= bles los alimentos a la población. En la actualidad, la globalización tiene una enorme influencia sobre nuestros sistemas alimentarios. Muchos países impor= tan una porción significativa de su suministro de alimentos y dependen de compl= ejos sistemas de transporte para acceder a ellos. Todo gobierno debe ser conscie= nte de las complejidades del sistema alimentario de su país y estar preparado p= ara gestionar cualquiera amenaza que lo afecte.

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Panamá es un país cuya oferta alimentaria depende, significativamente, de productos importados. Aunque no hay estadísticas específicas al respecto, una vocera = de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura estimó en 2015 que el 60% d= e la oferta local de alimentos procedía del extranjero.[33] El descenso en la producción local de alimentos ilustra, por una parte, esta realidad. Tomando el año agrícola 1990/1991 como punto de partida, la producción de arroz—el principal artículo de consumo alimentario en Panamá—alcanzó su más alto nivel en 2003/2004, cuando fueron cosechados 8,872,600 quintales (o 2.8 quintales per cápita). A = partir de ese año, la producción ha disminuido, situándose en 7,416,500 (o 1.8 quintales per cápita) en el año agrícola 2018/2019, lo que representa un descenso del 37%.[34]

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En lo que respecta al maíz, la cosecha más grande se obtuvo en 2014/2015: 3,099,000 quintales (o 0.8 quintal per cápita), luego de lo cual han venido registrán= dose descensos hasta 2,451,200 quintales (o 0.6 quintal per cápita) en 2018/2019, equivalente a una baja del 21%.[35]  En cuanto al frijol de bejuco, cuya may= or producción se alcanzó en 1994/1995 (138,200 quintales, o 0.05 per cápita), = el rendimiento en 2018/2019 fue de 96,000 quintales (0.02 per cápita), lo que representa un descenso del 31%.[36]

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Estos desce= nsos en la producción de granos básicos en la dieta panameña, tanto en términos absolutos como per cápita, sugieren una tendencia al alza en la importación= de alimentos.  Efectivamente, la balan= za comercial registra un aumento en este renglón. Entre enero y septiembre de 2016, el peso neto de los productos alimentarios para el consumo humano importados a la república representó el 8% del peso total de bienes de cons= umo traídos del exterior. En el mismo lapso de 2017, la proporción aumentó a 10= %; en 2018, a 12%; en 2019, hubo un leve descenso a 11%; pero en 2020, la proporción aumentó a 14%.[37]  En otras palabras, en el lustro más rec= iente (2016-2020), el renglón de alimentos ha crecido como parte del total de bie= nes traídos del exterior.

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Acceso difi= cultoso para parte importante de la población

 =

Además de la disponibilidad de alimentos, que en Panamá depende, considerablemente, de importaciones, el acceso a los bienes alimentarios es un factor fundamental para asegurar y promover la seguridad alimentaria. Aunque depende de más de= una variable, en las economías modernas y monetizadas, el factor más importante detrás del acceso a alimentos es un ingreso que permita la adquisición de, = al menos, una canasta alimentaria básica. En la mayoría de los casos, la posibilidad de un ingreso suficiente depende de un empleo u ocupación remunerada y estable, que alcance para obtener los bienes mínimos necesarios para mantener adecuados niveles nutricionales.

 =

En Panamá, según lo que puede colegirse de las estadísticas disponibles, la adquisició= n de la canasta básica de alimentos requiere que las personas destinen un alto porcentaje de sus ingresos a dicho fin. Esta apreciación se basa en un anál= isis de la capacidad de la mediana del salario mensual—la estadística salarial m= ás completa que provee el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC)—para cubrir el costo de la canasta básica.

 =

Según estadísticas oficiales suministradas por la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (ACODECO), si bien el aumento del co= sto de la canasta en una década (2010-2019) ha sido inferior al crecimiento en = la mediana del salario mensual, el peso de dicho costo en el presupuesto de los asalariados sigue siendo alto. Efectivamente, la canasta más económica aume= ntó su costo en 10% entre agosto de 2010 y 2019, mientras la más costosa subió = de valor en 15%. Entre tanto, la mediana del salario mensual total aumentó en = 76%, mientras que la mediana del salario mensual urbano aumentó en 64% y la medi= ana del salario mensual de la provincia de Panamá subió en 63%. Sin embargo, la proporción del salario acaparada por la canasta básica—la cual, según el análisis presentado, también habría disminuido—sigue siendo alta, represent= ando entre el 32% y el 44% de la mediana de salario mensual, como lo muestra el Cuadro N°1.

 

2010

2019

= 16;

Mediana del salario mensual (I= NEC, US$)

 

 

 

 Total

410

722

76%

 Urbano

462

756

64%

 Provincia de Panamá*=

473

769

63%

Costo de la canasta básica familiar (ACODECO, agosto, US$)**

 

 

 

 Mínimo

221

244

10%

 Máximo

274

315

15%

Costo proporcional de la canasta básica familiar (mínimo)

 

 

 

 Total

 

54%

34%

 Urbano

48%

32%

 Provincia de Panamá*=

45%

32%

Costo proporcional de la canasta básica familiar (máximo)

 

 

 Total

 

67%

44%

 Urbano

59%

42%

 Provincia de Panamá*=

58%

41%

*Excluye Panamá Oeste (distritos de Arraiján, La Chorrera, Capira, C= hame y San Carlos) en 2019. **En agosto de 2010, promedio del costo reportado por cadenas de supermercados en los distritos de Panamá, San Miguelito, Arraijá= n y La Chorrera; en agosto de 2019, promedios calculados por ACODECO en los distritos de Panamá y San Miguelito. Fuentes: INEC, Encuesta continua de hogares: agosto 2010 (Panamá: INEC, 2010), Cuadro 441-35, “Población de= 15 y más años de edad empleada en la república”, en: https://www.inec.gob.pa/archivos/= P4291441-35.pdf; INEC, Estadísticas del trabajo: encuesta de mercado laboral, agosto 2019 (Panamá: INEC 2019), Cuadro 24, “Población= de 15 y más años de edad empleada en la república” en: https://www.inec.gob.pa/archivos= /P0705547520191127132010Cuadro%2024.pdf; Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa = de la Competencia (ACODECO), “Reporte estadístico de la canasta básica de alim= entos: distritos de Panamá, San Miguelito y La Chorrera, agosto 2010”, en <= span lang=3DEN-US>https://www.aco= deco.gob.pa/view.php?arbol=3D4&sec=3D1&pagi=3D48<= span style=3D'font-size:10.0pt;font-family:"Garamond",serif;mso-bidi-font-family= :"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES-PA'>; ACODECO, “Reporte estadístico de la canasta bási= ca de alimentos: distritos de Panamá y San Miguelito, agosto 2019”, en: https://www.aco= deco.gob.pa/view.php?arbol=3D4&sec=3D1&pagi=3D3. Todos los accesos verificados el 29 de diciembre= de 2020.

 =

El planteamiento realizado hasta el momento es incompleto por varios motivos, = los cuales se detallan a continuación. En primer lugar, los precios indicados s= on corrientes (o actuales). A fin de obtener mayor precisión sobre su variación, conviene ajustarlos por inflación, ejercicio que se realiza a continuación, a precio= s de 2010.

 =


 

2010

2019

= 16;

Mediana de salario mensual (IN= EC, US$)

 

 

 

 Total

410

621

51%

 Urbano

462

650

41%

 Provincia de Panamá*=

473

661

40%

Costo de la canasta básica familiar (ACODECO, agosto, US$)**

 

 

 

 Mínimo

221

210

-5%

 Máximo

274

271

-1%

Costo proporcional de la canasta básica familiar (mínimo)

 

 

 

 Total

 

54%

34%

 Urbano

48%

32%

 Provincia de Panamá*=

45%

32%

Costo proporcional de la canasta básica familiar (máximo)

 

 

 Total

 

67%

44%

 Urbano

59%

42%

 Provincia de Panamá*=

58%

41%

Ajuste de los valores a precios constantes hecho en Savings.org (https://www.sav= ing.org/inflation/inflation.php?amount=3D315). Acceso: 29 de diciembre de 2020.

 =

El ajuste p= or inflación sugiere una mejoría en los precios para el consumidor (básicament= e, a partir del incremento salarial). Sin embargo, como es lógico, el costo proporcional de la canasta básica se mantiene en los mismos valores que en = el Cuadro N°1, debido a que el ajuste por inflación impactó en la misma propor= ción a los salarios como a los costos a precios constantes presentados en el Cua= dro N°1. Aun cuando el costo proporcional de la canasta básica disminuyó entre 2010 y 2019, puede afirmarse que se mantiene alto, acaparando, como poco, casi una tercera parte (32%) de la mediana del salario mensual urbano o de la Provin= cia de Panamá.

 =

En respuest= a a este cálculo, podría argüirse que las estadísticas salariales son individua= les mientras que la canasta básica representa el costo de alimentación para una familia compuesta, en promedio, por 3.84 personas en 2010 y 3.48 personas en 2019 (según ACODECO). Podría añadirse, además, que entre esas 3.84 personas= en 2010 o 3.48 personas en 2019, más de una recibe un salario, aunque esta es = una suposición que de ninguna manera puede generalizarse en ausencia de un estu= dio que la sustente. Aun así, duplicando la mediana del salario mensual para generalizar ese supuesto (que, como se ha dicho, no puede ser generalizado = sin corroboración), la proporción del salario destinada a la compra de la canas= ta básica sigue siendo alta, según lo muestra el Cuadro N°3.=

 =


 

2010

2019

Mediana de dos salarios mensua= les por familia (INEC, US$)

 

 

 Total

820

1,242

 Urbano

924

1,300

 Provincia de Panamá*=

946

1,322

Costo de la canasta básica familiar (ACODECO, agosto, US$)**

 

 

 Mínimo

221

210

 Máximo

274

271

Costo proporcional de la canasta básica familiar (mínimo)

 

 

 Total

 

27%

17%

 Urbano

24%

16%

 Provincia de Panamá*=

23%

16%

Costo proporcional de la canasta básica familiar (máximo)

 

 

 Total

 

33%

22%

 Urbano

30%

21%

 Provincia de Panamá*=

29%

20%

 =

[38]

 =

[39] Aun= que no existe un estudio reciente sobre el valor nutricional de dicha canasta, a simple vista parece incompleta para alimentar a 3.48 personas. Además, resu= lta evidente que algunas de las calorías que aporta no contribuyen a mejorar el estado nutricional de la población, sobre todo tratándose de productos con contenidos artificiales y altos en azúcar, sodio o que se transforman en gr= asas saturadas. La pregunta obligada, en el contexto que nos ocupa, es si los criterios aplicados a la definición de una canasta básica se ajustan a los postulados del derecho a la alimentación, tal cual se conceptúa este derech= o en la normativa internacional y en la Constitución Política de la República de Panamá.

[40]

[41] Ace= rca del ingreso del sector informal y su capacidad para atender sus necesidades= nutricionales, poco se sabe. Por ende, no podemos presumir que su seguridad alimentaria es= tá garantizada ni, mucho menos, que su derecho a la alimentación ha sido tomad= o en consideración por las políticas sociales del país.

 =

En resumidas cuentas, la sección anterior y esta se han referido a dos importantes dimensiones de la seguridad alimentaria, disponibilidad y acceso a los alimentos.  Una mirada cuidadosa in= dica que ambas dimensiones presentan importantes riesgos en Panamá. En términos = de disponibilidad, todo indica que una porción significativa de los alimentos consumidos en el país se importa, aunque este aspecto no se ha determinado = con precisión. En épocas de crisis, la importación de alimentos puede enfrentar escaseces o alzas inusitadas en los precios, como ha sido indicado.[42]

 =

En lo que respecta al acceso a los alimentos, determinado en gran medida por el ingre= so disponible, es evidente que el dinero de que dispone una mayoría para asegu= rar sus medios de vida no es suficiente para garantizar una adecuada alimentaci= ón. Hemos visto que la población asalariada o plenamente empleada debe asignar = una porción importante de sus ingresos a la adquisición de alimentos, frecuente= mente de mala calidad, lo que, desde una perspectiva de derechos, constituye una afectación a su derecho a la alimentación. En consecuencia, esa población s= e ve obligada a postergar la satisfacción de otras necesidades relacionadas con = la vivienda, el transporte, la educación, la salud, la sana recreación o el ahorro, que le permitiría tener un colchón en tiempos de crisis (como la pandemia del COVID-19).

 =

En cuanto al sector informal, que en agosto de 2019—fecha de realización de Encuesta de Mercado Laboral—comprendía a unas 716,113 personas,[43] no = hay indicios ciertos de su posibilidad de cubrir el costo de la canasta básica familiar. Debido a la precariedad que predomina en ese sector, es muy posib= le que amplios segmentos de esa población padezcan de inseguridad alimentaria leve, moderada o severa, aún antes de la pandemia. De esa manera, además, estaría conculcándose su derecho a la alimentación.

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La inseguridad alimentaria en Panamá antes del COVID-19

 

La subalimentación se define como la condición en la cual el “consu= mo habitual de alimentos” de un individuo “es insuficiente para proporcionarle= los niveles de energía alimentaria necesarios para llevar una vida normal, acti= va y sana”[44]. Como se mencionó previamente, antes de la pandemia, la prevalencia de subalimentación en Panamá se estimaba en 9.5%, lo que equivale a unas 400.0= 00 personas[45]<= /a> 

Según el Banco Mundial, en 2018, el 13% de la población panameña vi= vía bajo la línea de la pobreza (lo que equivale, aproximadamente, a 524,000 personas) y el 5% de la población total (aproximadamente, 208,000 personas)= , subsistía en condiciones de pobreza extrema. En 2019, agrega la fuente, “la pobreza s= olo disminuyó marginalmente” y se avizora “que los impactos de la pandemia por = la COVID-19 afecten los avances logrados, agudizando los niveles de pobreza e inequidad dentro de los grupos más pobres y vulnerables en las poblaciones indígenas y afrodescendientes”[46].

 

En términos de pobreza multidimensional, la situación en Panamá es = aún más crítica. La pobreza multidimensional es una aproximación a la pobreza q= ue trasciende la mera falta de ingresos como indicador exclusivo, para abarcar “carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud= , la educación y el nivel de vida”[47]. El primer cálculo del índice de pobreza multidimensional hecho en Panamá es= timó que esta situación abarcaba a 777,752 personas en 2017 (19% de la población= )[48]. Este porcentaje se mantuvo en 2018, aunque la población afectada aumentó a 789,181[49]. El cálculo de la población total en situación de pobreza multidimensional n= o se incluyó en entregas posteriores, pero podemos suponer que, dado el impacto económico de las medidas impuestas para enfrentar la pandemia, no es menor = al 19%, en términos porcentuales y, en términos absolutos, debe ser superior a= las cifras estimadas en 2017 y 2018.

 

La pobreza y el bajo nivel de ingresos guardan relación, primordial= mente, con la dimensión de acceso a los alimentos, ya que la accesibilidad de alimentos nutritivos de alta calidad es limitada y, en muchos casos, hasta = nula para personas que viven en la marginación. Lo cual conduce a una mala utilización de los alimentos debido a la nutrición limitada que se obtiene = al consumir alimentos de baja calidad.

 

Otra causa importante de subalimentación es la falta de saneamiento= y acceso al agua potable. La FAO considera que la erradicación del hambre se logra cuando el nivel de subalimentación es menor del 5%[50]; en Panamá, recordemos, fue estimada en 9.5% antes de la pandemia[51]<= /a> 


Los impactos de la malnutrición

 

Se mencionó anteriormente que la seguridad alimentaria puede medirse con base al suministro de energía alimentaria (SEA) de un país o de su situación nutricional (ver arriba). Recordemos que hay tres indicadores generales de la desnutrición. La desnutrición crónica, definida como “retra= so en el crecimiento o retardo de altura para la edad”, normalmente se mide en niños menores de cinco años[52] y se determina mediante la medición de la estatura o talla de los niños seg= ún su edad. La baja talla para la edad en un niño o niña menor de cinco años indica que ha experimentado “un episodio o episodios pasados prolongados de desnutrición”[53]. Este tipo de subalimentación es la más difícil de diagnosticar, por lo que a menudo pasa inadvertida[54].

 

Hay otros dos tipos de desnutrición: una es la desnutrición aguda o emaciación, lo que significa bajo peso para la estatura; la otra es la desn= utrición global o insuficiencia ponderal, lo que significa bajo peso para la edad[55]. El cuadro N°4 presenta esquemáticamente estos tipos de desnutrición.

 

Tipo de desnutrición<= o:p>

Característica

Indicador<= /span>

Desnutrición crónica

Retardo en crecimiento

Baja estatura para edad

Desnutrición aguda

Emaciación

Bajo peso para estatura

Desnutrición global

Insuficiencia ponderal

Bajo peso para edad

 

Los niños son especialmente vulnerables a la subalimentación. Según= el Ministerio de Salud, la desnutrición era la tercera causa de muerte en niños entre uno y cuatro años en 2016. Existe una gran desigualdad de desnutrició= n en menores de cinco años entre provincias, la cual guarda relación con el acce= so al saneamiento. En relación a la prevalencia de desnutrición crónica (retar= do en crecimiento o baja talla para edad) en las provincias y comarcas, las mayores tasas se observaron en las regiones indígenas de Guna Yala (61%), N= gäbe Buglé (53%) y Emberá Wounaán (31%).

 

La diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso son la principal causa de mortalidad en niños de uno a cuatro años de vida en Pana= má y la cuarta causa de mortalidad en niños menores de un año. La gastroenteriti= s y colitis de origen no especificado son la segunda causa de morbilidad en niñ= os menores de un año y la tercera causa de morbilidad en niños de uno a cuatro años de vida[56]. Estas enfermedades están relacionadas con la mala nutrición y la falta de acceso a agua potable y saneamiento.

 

De acuerdo con el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, la disponibilidad y el acceso a agua en cantidad y calidad adecuadas es esenci= al para la producción, procesamiento, transformación y preparación de alimento= s. La calidad del agua potable determina la eficiencia con la que el cuerpo hu= mano absorbe los nutrientes[57]. Por lo tanto, en estos casos se ve comprometida la utilización de los alimentos, una de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria.<= /o:p>

 

Se ha documentado que la obesidad afecta de manera desproporcionada= a los pobres de las zonas urbanas. Los bajos ingresos llevan al consumo de alimentos baratos, ricos en calorías y no nutritivos[58]. La pobreza en Panamá ha producido tales consecuencias.

 

En Panamá, la obesidad es la quinta causa más común de muerte. [59]. Asimismo, según el Segundo monitoreo nutricional en las instalaciones de salud del MINSA, realizado en 2017, la prevalencia nacional de sobrepes= o en niños menores de cinco años fue de 8% y de obesidad, 3.5%. La publicación d= estaca las tasas de sobrepeso en Panamá: 12% para niños menores de cinco años; 19% para niños de cinco a nueve años; 21% en la población de 10 a 17 años; 48% = para las mujeres embarazadas; y 71% para la población adulta en general[60].

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Por otro la= do, de acuerdo con la Encuesta de Niveles de Vida realizada en 2008, el = 19%de los niños menores de cinco años presenta retraso en el crecimiento en relac= ión con su edad (desnutrición crónica); alrededor del 1% tiene bajo peso para la estatura (desnutrición aguda); y el 4% tiene bajo peso para su edad (desnut= rición global)[61]. Aún más preocupante, según Ana Atencio= del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP)[62], es el hecho de que miembros de una misma familia que viven en la misma casa pueden presentar simultáneamente malnutrición por déficit (desnutrición) y otras por exceso (sobrepeso u obesidad). Las familias pobres de Panamá están efectivamente atrapadas entre dos fuerzas opuestas de la inseguridad alimentaria: subnutrición y sobrepeso[63]. Este fenómeno se conoce como la doble carga de la malnutrición[64].

 

En resumen, antes de la pandemia, las necesidades específicas de seguridad alimentaria de Panamá incluían mejorar el saneamiento y el acceso= a agua potable, especialmente en áreas rurales e indígenas y continuar disminuyendo la proporción de la población que vive en pobreza y pobreza extrema. Estas eran las áreas críticas de riesgo a principios de 2020. La s= ituación ya era un desafío abrumador para cualquier gobierno. Ahora, frente a una pandemia, el reto se intensifica mucho más.

 

La pandemia= en Panamá

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Desde que se confirmó el primer caso de COVID-19, el 9 de marzo de 2020, hasta el 31 de diciembre del mismo año, Panamá contabilizó 246,790 casos de coronavirus y = 4,022 decesos por esta causa. Al 31 de diciembre, Panamá era el undécimo país en prevalencia en el mundo (56,752 casos por millón de personas), solo superad= o en América por Estados Unidos (N°6). La prevalencia mundial era de 10,752 casos por millón de habitantes, lo que indica que la prevalencia en Panamá era, en ese momento, cinco veces mayor (5.28).

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En términos= de muertes por millón de personas, Panamá registraba 925, con lo que ocupaba l= a posición N°22 en el mundo, superada en el continente americano por Perú (N°7 en el mundo), Estados Unidos (N°14), México (N°18) y Argentina (N°21). La estadís= tica mundial al 31 de diciembre de 2020 era de 234 muertes por millón de persona= s, lo cual indica que la tasa de mortalidad en Panamá era casi cuatro veces más a= lta que la tasa mundial (3.95)[65].

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Frente a un sistema público de salud en mal estado y ante la posibilidad de un contagio masivo que condujera a la saturación de los centros sanitarios, el gobierno= de Panamá optó por un estricto confinamiento de la población, criticado por su violación de derechos constitucionales y su impacto negativo sobre la econo= mía. El gobierno impuso restricciones a los derechos de movilización y reunión—l= as que, a su vez, menoscabaron el ejercicio de otros derechos constitucionales, como el derecho al trabajo, al salario, a la educación, a la salud y a la alimentación de sectores vulnerables—mediante decretos ejecutivos, obviando= el procedimiento para la suspensión de garantías individuales contenido en la Constitución[66].

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A partir de= l 16 de marzo se ordenó el cierre de locales deportivos y de esparcimiento y se establecieron limitaciones para los residentes en edificios y casas[67]. Ta= mbién se suspendieron las actividades educativas presenciales en todo el territor= io nacional, suspensión que se mantiene a la fecha, con graves consecuencias p= ara el derecho a la educación de los niños y jóvenes, así como para otros aspec= tos, como la alimentación escolar[68]. El cierre total de centros educativos oficiales y privados ha obligado a más de 850.000 estudiantes del país a permanecer en sus casas. Eventualmente, algu= nos planteles oficiales y privados instauraron modalidades de aprendizaje virtu= al, cuyo éxito ha sido limitado y cuestionado[69]. Aproximadamente 500,000 niños que se beneficiaban del programa de merienda escolar se han quedado sin acceso a este servicio. A través del programa se entregaba “una merienda escolar compuesta por galletas nutricionalmente mejoradas, bebida láctea [o] crema nutritiva enriquecida, conformada por un paquete de 34 gramos de galletas, 8 onzas de bebida láctea u 8 onzas de cre= ma nutritiva”[70].

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El 17 de ma= rzo se prohibió la circulación de personas y vehículos (“toque de queda”) entre nueve de la noche y cinco de la mañana[71]. El= 20 de marzo, se establecieron “cercos sanitarios” en distintos puntos del país= , lo que, en efecto, impidió el libre tránsito en el territorio nacional[72], con evidentes implicaciones para el traslado de alimentos desde las zonas productoras hasta los mercados urbanos. El 23 de marzo, el inicio del “toqu= e de queda” se adelantó a las cinco de la tarde[73].

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Dos días más tarde, el 25 de marzo, entró en vigencia una denominada “cuarentena total”[74], lo= que significó el encierro de la población, excepto por un par de horas a la semana.  Inicialmente, se permitió a mujeres y hombres salir seis horas a la semana en tres turnos de dos horas = cada uno, en días distintos. Así, a las mujeres se les permitió salir escalonada= mente, de acuerdo con el último dígito de su cédula, los días lunes, miércoles y viernes, y a los hombres, igualmente, de forma escalonada, según el mismo parámetro, los días martes, jueves y sábado. Estas restricciones ocasionaron aglomeraciones en los locales de expendio de alimentos y medicamentos (entre los pocos a los que se les permitió continuar operando), y dificultaron considerablemente el acceso a víveres para grandes segmentos de la població= n, que se vieron obligados a realizar largas filas para acceder a los locales a las horas y en los días permitidos.

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A partir de= l 11 de abril, se prohibió la circulación de personas los fines de semana (desde= la medianoche del viernes hasta las 5 a.m. del lunes), con lo que la salida autorizada de hombres, según el último dígito de su cédula, se redujo a dos días a la semana (martes y jueves) durante dos horas cada día[75]. Las actividades económicas, con excepción de la venta al por menor de alimentos= o fármacos, también fueron suspendidas, incluyendo el tráfico aéreo, uno de l= os principales renglones de la economía nacional.

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La restricc= ión de salidas por sexo se levantó el 1 de junio, fecha a partir de la cual per= mitió el reinicio de algunas actividades económicas (entre ellas, ciertas obras d= e construcción) y recreativas, aunque se mantuvo el toque de queda a partir de las 7 de la noche (hasta las 5 de la mañana)[76]. Sin embargo, las salidas de hombres y mujeres en distintos días volvió a impone= rse en la ciudad capital y áreas aledañas el 8 de junio[77].

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El 16 de ju= lio, un informe de la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist explicó cómo los casos de COVID-19 en Panamá aumentaron rápidamente, de men= os de 200 por día a fines de mayo a más de 1,000 por día en julio, luego de qu= e el gobierno trató de flexibilizar el confinamiento a partir de inicios de juni= o, como hemos visto. El informe, además, resalta el hecho de que muchas person= as sin los medios económicos necesarios para subsistir diariamente no podían d= arse el lujo de permanecer en casa, lo que las llevaba a incumplir los decretos = de reclusión. También revela que uno de cada ocho ciudadanos había obtenido un salvoconducto para movilizarse fuera de sus horas autorizadas[78]. Es= tos salvoconductos, muchos obtenidos de manera dudosa, contradicen directamente= el propósito de implementar una cuarentena estricta, lo que redujo la efectivi= dad de esta estrategia.<= /i>

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Ante la frustración ciudadana por la permanencia de las restricciones a la movilida= d y el desempeño de actividades económicas, el gobierno continuó relajando las medidas gradualmente. La suspensión de la aviación fue revirtiéndose a part= ir del 17 de agosto[79]. A partir 7 de septiembre se autorizó la reapertura escalonada en varios ren= glones, iniciando con el resto de la construcción (gran generadora de empleo) y otr= os[80]. De= sde el 14 de septiembre se eliminó el confinamiento los sábados y las salidas cond= icionadas al sexo de las personas[81].  La reclusión dominical se eliminó a par= tir del 25 de octubre, aunque se mantuvo el toque de queda diario entre 11 p.m.= y 5 a.m.[82]

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Cuando la población panameña comenzaba a acostumbrarse a una relativa normalización de las actividades, aunque bajo condiciones económicas preocupantes, el gobier= no respondió con nuevas restricciones de movilidad a un alarmante repunte en el número de contagios. De tal suerte, el final del año enfrentó a los panameñ= os a “toques de queda” más estrictos (9 p.m. a 5 a.m. a partir del 4 de diciembr= e; 7 p.m. a 5 a.m. a partir del 18 de diciembre), así como confinamientos totales entre el 24 y el 28 de diciembre, y entre el 31 de diciembre de 2020 y el 4= de enero de 2021, con cierre total de actividades y sin posibilidad alguna de circular durante 82 horas consecutivas en esas fechas[83]. Más adelante, se ordenó un nuevo encierro, entre el 4 y el 14 de enero de 2021,= con suspensión de faenas laborales y salidas limitadas a seis horas a la semana para mujeres y cuatro, para hombres.

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Impacto económico

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Como era de esperar, semejantes medidas draconianas adoptadas desde marzo de 2020 causa= ron el desplome de la economía panameña, lo cual paralizó (o erradicó) los ingr= esos de gran parte de la población. Inicialmente, las restricciones—consideradas inconstitucionales por algunos observadores[84]—fue= ron recibidas con resignación por una población atemorizada. Algunos profesiona= les de la salud abogaron (y continúan abogando) por los encierros como medio pa= ra controlar los contagios y evitar la saturación de los hospitales panameños,= mal capacitados para enfrentar una urgencia de la magnitud del COVID-19[85].

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Es evidente, sin embargo, que las medidas impuestas por el gobierno no tuvieron en consideración la seguridad alimentaria de la población, como tampoco, el derecho humano a la alimentación y los derechos constitucionales al trabajo= , el salario, la salud y la educación, entre otros. Menos aún, no se ha tomado en cuenta adecuadamente el impacto emocional y psicológico que la respuesta gubernamental ha tenido sobre una población asustada y confinada, que ha vi= sto una erosión importante de sus medios de vida[86]. El impacto emocional ha tenido expresiones como la violencia intrafamiliar y, = en casos extremos, un aumento en los homicidios y feminicidios[87].

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En lo que respecta a la economía—el aspecto directamente relacionado con la seguridad alimentaria—entre enero y septiembre de 2020, el PIB panameño se contrajo e= n 20%, según cifras oficiales. La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá estima que 2020 cerró con un descenso de 14% en el PIB, la caída más pronunciada desde la crisis política y económica de 1987-1989, durante la dictadura militar[88]. La micro, pequeña y mediana empresa es uno de los sectores más afectados por l= os confinamientos impuestos por el gobierno[89]. Es= tos negocios generan el 49% del empleo en Panamá[90] y dependen, en gran medida, de las ganancias diarias para subsistir y pagar s= us obligaciones, incluyendo la remuneración de sus trabajadores.

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El estrepit= oso desplome de la economía ha producido un considerable aumento en el desempleo, con la consecuente pérdida de ingresos para acceder a alimentos. Bajo los términos= de la Ley N°157 de 2020, fueron suspendidos hasta 282,000 contratos de trabajo.  Esta suspensión exime a l= os empleadores del pago del salario a sus trabajadores mientras dure la emergencia, al tiempo que mantiene vigente la relación laboral. Al 15 de diciembre de 2020, solo 102,000 contratos habían sido reactivados[91].

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La más reci= ente Encuesta de Mercado Laboral del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) muestra el calamitoso descenso en la ocupación entre agosto de 2019 = y septiembre de 2020. De los 146,111 desocupados contabilizados por la encuesta en agost= o de 2019, la cifra había aumentado en 150%, a 371,567, en septiembre de 2020. En 2019, el número de desocupados representaba el 7% de la población económicamente activa; el año siguiente, abarcaba al 18.5% de la misma población[92]. De acuerdo con esta encuesta, el empleo informal envolvía al 45% de la población empleada no agrícola en agosto de 2019, como se mencionó anteriormente. Trece meses después, la informalidad había aumentado a 53%, abarcando a 777,162 panameños[93].

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Ante la fal= ta de estudios oficiales más recientes, otros cálculos sitúan el desempleo y la informalidad a niveles aún superiores a finales de 2020. En junio de ese añ= o, el analista empresarial René Quevedo vaticinó que, al terminar el año, la pandemia habría impactado “941,583 empleos (509,891 formal= es y 431,692 informales), que es prácticamente la mitad de la fuerza laboral de = la población”[94].

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Según la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (APEDE), en diciembre de 2020= la “cifra de desempleo” se situaba en 25% (presumiblemente, de la población económicamente activa)[95]. Ot= ro cálculo, referente a la ocupación informal, sugiere que ésta podría haber crecido hasta abarcar un 55% o 60 % de la población económicamente activa[96].

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El gobierno panameño no ha evaluado el impacto de sus medidas restrictivas sobre el ing= reso de las personas o, menos aún, sobre la seguridad alimentaria de la població= n, lo cual sería el primer paso en un esfuerzo por proteger y promover el dere= cho a la alimentación. UNICEF, sin embargo, ha efectuado dos encuestas que inte= ntan medir la afectación sobre hogares con al menos un menor de edad en Panamá, divulgadas en mayo y diciembre de 2020, respectivamente. La entrega de diciembre

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[97]

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De acuerdo = con la más reciente medición de UNICEF (diciembre de 2020), el 76% de los hogar= es encuestados ha perdido “parcial o totalmente sus ingresos” como resultado d= e la respuesta gubernamental a la pandemia. El 27% de las familias no cuenta con= el dinero necesario para atender sus necesidades elementales. Para hacer frent= e a la crisis, el 21% de los hogares ha tenido que endeudarse o vender activos = y el 43% ha recurrido a ahorros. El 46% de las familias ha accedido a “algún tip= o de ayuda” y, de este porcentaje, casi tres cuartas partes (74%) la obtuvo del programa “Panamá Solidario”, instituido por el gobierno panameño para atend= er la crisis (ver abajo). En otras palabras, la modesta ayuda proporcionada po= r el Estado (ver abajo) ha alcanzado a tan solo un tercio (34%) de la muestra encuestada por UNICEF (46% x 74% =3D 34%)[98].

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[99]<= /a>. Según el citado monitoreo en las instalaciones = de salud, esto representa un problema de salud pública de nivel moderado, toma= ndo en cuenta que, según la OMS, durante el embarazo, los niveles de hemoglobina disminuyen drásticamente y suelen alcanzar su punto más bajo en el segundo = trimestre[100]= . De acuerdo con los resultados del monitoreo referido, que evaluó resultados en 11 de las 15 regiones de salud del país, ninguna presentó un nivel bajo de anemia en mujeres embarazadas. Coclé fue = la única con un nivel leve de severidad de anemia; nueve regiones reportaron niveles moderados de severidad (con una prevalencia entre 20% y 40%); y la = comarca de San Blas (Guna Yala) presentó una gravedad muy alta, con una prevalencia= del 65%.[101]=

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Si del lado= de la demanda, la expectativa en el marco de un decaimiento en el ingreso fami= liar es de una reducción en la cantidad y calidad de alimentos consumidos en los hogares, las restricciones y confinamientos impuestos por el gobierno tambi= én han impactado por el lado de la oferta. En algun= os casos, la producción nacional de alimentos y las cadenas de suministro se h= an visto comprometidas. La pandemia de COVID-19 obligó a la mayoría de los agricultores de Chiriquí a posponer sus actividades de siembra. Aquellos que lograron sembrar lo hicieron en menor escala. Esto, sumado al aumento de las lluvias en las principales zonas agrícolas del país, incluyendo los impactos devastadores de los huracanes “Eta” e “Iota” (noviembre de 2020), ha provoc= ado una caída en la producción agrícola nacional. De acuerdo con la estimación = del diario La Prensa (16 de julio de 2020), el 80% de las hortalizas y legumbres que se comercializan en Merca Panamá, principal local de venta de productos agrícolas en la ciudad capital, proviene de la provincia de Chiri= quí.

[102]= . Los productores explican que necesitan personas para cuidar las fincas y garantizar la producción agrícola que abastece al resto del país; de lo contrario, se podría generar el cierre de algunas explotaciones agrícolas, lo que podría conducir a pérdidas de producción y = una subida en el precio de los alimentos[103]= .

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Otros facto= res que contribuyen a que el país siga siendo afectado, de acuerdo con la Unida= d de Inteligencia de la revista The Economist, son un aumento en los contagios, una respuesta económica ineficiente durante la pandemia, acusaci= ones de corrupción y graves divisiones en el partido gobernante. Estos factores podrían confluir para producir serio malestar social si el gobierno no logra recuperar credibilidad, limpiar su imagen y, oportunamente, demostrar resultados reales en la lucha contra el COVID-19 y el declive económico[104]. I= nvestigaciones del sector académico sugieren que existe una relación entre los conflictos violentos y la inseguridad alimentaria[105]. Si llegara a surgir algún conflicto social en adición a los problemas económic= os ya existentes, lo más probable es que el panorama de la seguridad alimentar= ia en Panamá desmejoraría aún más.

 

Respuestas a la inseguridad alimentaria en tiempos= de crisis<= /o:p>

 

Todo intento legítimo por afrontar el desafío de la seguridad aliment= aria durante la pandemia debe partir de un enfoque interdisciplinario, con perspectiva de derechos, que aborde adecuadamente los problemas principales= . Atender los desafíos por el lado de la demanda significa, ante todo, resolver obstá= culos al acceso físico y económico a los alimentos. La superación de la desnutric= ión requerirá estimular el empleo digno, formal y adecuadamente remunerado, así= como una adecuada educación nutricional en muchos hogares. Ana Atencio del INCAP señala que la educación alimentaria y nutricional debe ser parte de todos l= os programas de desarrollo social. Sería oportuno que los medios de comunicaci= ón utilizaran sus espacios como plataforma para contribuir a la educación nutricional de la sociedad.

 

Obtener los resultados señalados, sin embargo, tomará mucho tiempo, mientras que los problemas de acceso pueden y deben tratarse de inmediato. = Para que las personas tengan acceso a los alimentos que necesitan, deben poseer = los medios para comprarlos. Dichos medios tendrán que provenir ya sea del emple= o (salarios) o de subsidios gubernamentales.  Ot= ra opción es la entrega de alimentos a quienes no tienen trabajo. El criterio prevaleciente, derivado de una perspectiva de derechos humanos, es que si p= or consideraciones sanitarias, el gobierno impide que las personas trabajen, t= iene la obligación de proporcionarles los recursos necesarios para cubrir sus necesidades alimentarias básicas. En este contexto, es importante mencionar que, como parte de las medidas para promover una adecuada accesibilidad, conviene controlar los precios de los artículos de la canasta básica para garantizar el acceso económico durante la emergencia y evitar la especulaci= ón.

 

Para atender la pérdida de empleos e ingresos que generó en muchas pa= rtes la respuesta a la pandemia, varios países de la región instituyeron subsidi= os monetarios y entregas de alimentos. En junio de 2020, un reportaje en el di= ario panameño La Prensa comentaba que El Salvador, un país con una econom= ía menos próspera que Panamá, los habitantes recibían apoyo financiero del Gobierno a través de un bono valorado en 300 dólares mensuales, además de canastas de alimentos que se entregaban a las familias afectadas. La vecina Costa Rica implementó el bono “Proteger”, con un valor de 107 dólares, para= las personas que experimentaron reducciones salariales y 216 dólares para las q= ue han perdieron su trabajo y no recibían ingresos.

 

En Perú se distribuyó el “Bono Familiar Universal” con un valor aproximado de 221 dólares mensuales.  El bono “Me quedo en casa” (valor: 108 dólares), junto con canastas de aliment= os (valoradas en aproximadamente 23 dólares), así como otros programas, como e= l “Bono Rural” y el “Bono Independiente”, también se implementaron cuando comenzó la pandemia.  Al momento del mencionado reportaje, en = Chile, una familia de cuatro sin ingresos formales era considerada vulnerable por = el gobierno y, según la información disponible, recibía un aporte entre 236 y = 337 dólares al mes[106].

 

Las soluciones del lado de la oferta o suministro deben incluir estím= ulos y apoyo técnico para mejorar la producción, incluyendo la disponibilidad de semillas e insumos necesarios para mantener niveles adecuados de producción= . Atender la escasez de mano de obra debido a problemas de salud y otros factores es, también, importante. Podrían implementarse incentivos a fin de que algunos = de los cientos de miles de desempleados creados por la pandemia puedan encontr= ar ocupación remunerada en actividades de revitalización del sector agropecuar= io.

 

El plan Panamá Solidario

 

El gobierno panameño tomó algunas medidas relativas a la oferta y dem= anda de artículos esenciales, incluyendo alimentos, para enfrentar la pandemia. = Una de las primeras acciones implementadas fue la regulación de precios de 14 productos de la canasta básica de alimentos y 11 productos de limpieza e higiene personal como alcohol, desinfectantes de manos y mascarillas facial= es[107] Tres semanas después del inicio de la pandemia, d= ictó el Decreto Ejecutivo N°400 de 27 de marzo de 2020, mediante el cual se instituyó el pl= an “Panamá Solidario”.

 

El decreto describe el plan como un intento por abordar el desempleo = y la falta de ingresos mediante la distribución de bolsas de alimentos y subsidi= os financieros a las familias necesitadas. El decreto especifica que los beneficios se distribuirán a personas que cumplan con las siguientes características: vivan en situación de pobreza multidimensional, pertenezca= n a familias vulnerables, residan en zonas de difícil acceso o trabajen de manera independiente. El decreto también establece que los servidores públicos, los asalariados activos, los jubilados y los contribuyentes cuya última declara= ción de rentas fue superior a 11,000 dólares anuales estarán exentos de sus beneficios[108].=

 

El plan tiene un componente directamente alimentario y otro de compen= sación parcial de ingresos (salarios) perdidos. El componente alimentario consiste= de dos partes: las bolsas de comida y los bonos para la compra de alimentos. S= egún el plan, se distribuye una bolsa de comida “cada quince días” a familias “e= n el Panamá rural y el Panamá de las comarcas” (sic)[109]. Inicialmente, sin embargo, también se entregaban bolsas en áreas urbanas.

 

De acuerdo con informaciones de prensa, desde sus inicios hasta el 22= de diciembre de 2020 se entregaron 4,784,495 bolsas de comida[110]. El valor de cada bolsa oscila entre 18 y 21 dólares, según el gobierno[111]. No está claro cómo se determinó este monto, ya que no refleja el costo de la canasta básica de alimentos, la cual en agosto de 2020 (estadística más reciente disponible) fue valorada entre 243.12 y 311.67 dólares mensuales, según ACODECO[112].=

 

Para proveer las necesidades alimentarias de una familia de 3.48 miem= bros (tamaño promedio de un hogar panameño, según ACODECO), sería necesaria una cantidad superior, probablemente cercana al promedio de 277.40 dólares entr= e el costo superior y el costo inferior de la canasta básica en agosto de 2020. = Si se entregan dos bolsas al mes, para satisfacer los requerimientos alimentar= ios de un hogar, cada bolsa debería tener un valor de $138.40. En cuanto al com= ponente nutricional de las ayudas, no ha sido oficialmente evaluado, lo cual consti= tuye una omisión importante. Su contenido, de acuerdo con Carlos Rognoni, vicemi= nistro de Desarrollo Agropecuario, consiste en “avena, pasta, sal, cremas, leche, azúcar, galletitas nutritivas, harina, conservas de verduras, arroz, jamón,= atún, frijoles, aceite, café, leche Ideal y pasta de tomate”[113]. En otras palabras, predominan los carbohidratos refinados, los azúcares y l= os enlatados, con evidente carencia de alimentos proveedores de vitaminas y micronutrientes.

 

Según lo dispuso el gobierno para ayudar a los productores agropecuar= ios, las bolsas de alimentos que forman parte del plan “Panamá Solidario” se com= pran a proveedores locales[114]. Del lado de la oferta o suministro, otra iniciativa del gobierno es el prog= rama “Panamá Agro Solidario”, compuesto por el plan “Agro Solidario”, dirigido a= los productores de alimentos y el plan “Agro Vida”, instaurado antes de la pandemia, que busca ayudar a los agricultores de subsistencia. En el marco = de estas iniciativas, se contemplan diez puntos de ayuda para los productores = de alimentos, incluyendo préstamos sin interés, distribución de semillas, la compra de la producción local a través del Instituto de Mercadeo Agropecuar= io (IMA) y el apoyo a 10,000 agricultores de subsistencia que ocupen hasta cin= co hectáreas de terreno, enfocándose en los más pobres[115].

 

A diferencia de las áreas rurales, donde se entregan bolsas de alimen= tos, en las áreas urbanas, el apoyo alimentario del plan “Panamá Solidario” cons= iste en la entrega de cuatro bonos de 20 dólares cada uno (total: 80 dólares), u= na vez por mes, a las familias que califican, según los criterios del programa. Estos bonos deben utilizarse para la adquisición de alimentos[116]. De acuerdo con el gobierno, al 22 de diciembre de 2020 se habían entregado 2,390,075 bonos de comida[117]. La suma repartida mensualmente, aunque superior al valor de las bolsas, tam= poco alcanzaría para cubrir el costo de la canasta básica familiar.

 

El segundo componente del plan “Panamá Solidario” consiste en un auxi= lio de 100 dólares mensuales a personas suspendidas de sus trabajos, conforme a= la Ley N°157 de 2020, arriba mencionada. El auxilio, inicialmente fijado en 80 dólares mensuales, fue aumentado a 100 dólares en junio de 2020. Para ser elegible, la persona debe haber sido incluida por su empleador en el regist= ro de contratos suspendidos[118]=  

A partir del 1 de enero de 2021, la entrega se limitó a un miembro por familia en hogares que no reciben otro beneficio dentro del Plan Panamá Solidario, exceptuando a menores de 25 años dependientes de sus padres, qui= enes continuarán recibiendo el beneficio[119]. Inicialmente, se contempló excluirlos, pero las protestas de los jóvenes condujeron a la reversión de esa decisión[120]. El auxilio se entrega en forma de bono o se acredita a la cédula de identid= ad (vale digital), la cual puede ser utilizada para compras de víveres hasta la suma acreditada[121]. De acuerdo con el gobierno, al 22 de diciembre de 2020 el vale digital “ha beneficiado a 1,253,391 personas, con un monto asignado de $586,532,940.00”, incluyendo “cargas por $112,641,360.00 y recargas por $473,890,980.00[122]. Como en el caso de otros beneficios, el subsidio de 100 dólares mensuales tampoco cubre el costo de una canasta básica de alimentos en Panamá.

 

Además de ser claramente insuficiente, según las propias estadísticas oficiales, el programa Panamá Solidario ha sido señalado por corrupción e ineficiencias en su ejecución. Días después del inicio de su implementación= , en abril de 2020 el gobierno se vio obligado a “separar” a funcionarios por ac= tos de corrupción vinculados a la entrega de las ayudas[123].  Simultáneamente, se denunció un tráfico= de bonos[124], así como la repartición indebida de bolsas y bonos a funcionarios gubernamentales (quienes, según el Decreto Ejecutivo N°400 de 2020, no son elegibles para recibirlos)[125].

 

En junio, el diario El Siglo afirmó: “La entrega de los bonos = del Plan Panamá Solidario se ha convertido para algunos en un negocio rentable”, seguido de lo cual abordó algunos incidentes de corrupción. En particular, = hizo alusión a un caso de apropiación de bonos por parte de funcionarios de los ministerios de Desarrollo Social y Vivienda en el corregimiento de Santa An= a, un histórico sector popular de la capital panameña[126]. En julio, una auditoría llevada a cabo por la Comisión de Justicia y Paz de= la Iglesia Católica y la Contraloría General de la República recogió quejas ac= erca de la discrecionalidad en la entrega de las ayudas, la incompetencia del personal que tiene a su cargo la distribución y la falta de acceso efectivo= a los auxilios[127].=

 

La sustracción y acaparamiento de bonos por parte de funcionarios y activistas del partido de gobierno adquirió ribetes sensacionales cuando un= a funcionaria de la Presidencia de la República e integrante del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), involucrada en el tráfico de estos instrumentos en Santa Ana, fue asesidada[128]. En violación de las normas impuestas por el propio gobierno, se le organizó= un funeral multitudinario, con la asistencia de cientos de copartidarios. En la concurrencia pudo observarse a diputados oficialistas y a la ministra conse= jera de Salud, de cuyo despacho emanan las prohibiciones a la movilización y aglomeración de personas, todo lo cual añadió calor a la indignación ciudad= ana hacia la gestión de la pandemia por parte del gobierno panameño[129].

 

Conclusión

 

Es evidente que las medidas impuestas por el gobierno para enfrenta= r la pandemia del COVID-19 han impactado la seguridad alimentaria de cientos de miles de panameños. Sin embargo, el gobierno de Panamá no ha realizado un estudio científico y sistemático de esta problemática, lo que, a la luz de = las obligaciones nacionales e internacionales establecidas en virtud del reconocimiento del derecho a la alimentación en el Sistema de las Naciones Unidas, el Sistema Interamericano y la Constitución Política de la Repúblic= a de Panamá, constituye una importante omisión que debe ser superada, a la mayor brevedad.

 

Aun en ausencia de dicho estudio, la evidencia aquí presentada sugi= ere que las bolsas de alimentos y bonos alimentarios del plan “Panamá Solidario= ”, inclusive si se repartiesen de manera transparente, según criterios de necesidad e imparcialidad, no cubren en el costo de la canasta básica familiar. Estas evidentes carencias comprometen la seguridad alimentaria de cientos de mile= s de panameños y niegan el ejercicio de su derecho a la alimentación.  Además de que el contenido nutricional = de las bolsas de alimentos es deficiente, hay dudas acerca de que las ayudas se distribuyen de forma sistemática y precisa a todas las familias necesitadas= [130]= [131].

 

De manera similar, el subsidio mensual de $100 (originalmente $80, hasta junio de 2020) no se acerca a cubrir las necesidades mensuales de un hogar. Aun si dos miembros de la familia reciben el subsidio, carecen de recursos para cubrir el costo de la canasta básica de alimentos más barata. Además, la entrega de este servicio se limita a los empleados suspendidos y excluye a los trabajadores informales, cuyo número en septiembre de 2020 fue estimado por el INEC en 777,162.

 

Se carece de registros centralizados y públicos que muestren quiéne= s han recibido los subsidios del plan “Panamá Solidario”. Existe información sobre denuncias de personas que pensaban que tenían derecho al bono, pero no lo h= an recibido. También han circulado quejas de que los beneficios se distribuyen= de manera arbitraria y que individuos bien conectados con el oficialismo trafi= can con los subsidios[132].

 

Las medidas del lado de la oferta tomadas por el gobierno para beneficiar a los productores se enfocan principalmente en la disponibilidad= de préstamos. Si bien estos préstamos no generan intereses, representan una de= uda adicional que podría mermar las ganancias futuras de quienes decidan tomarl= os. Es posible que muchos productores ya tengan préstamos pendientes. Nuevos crédi= tos aumentarían su deuda, sofocando aún más su futura salud y seguridad financiera.

 

La única forma de garantizar la seguridad alimentaria en un país qu= e ya presentaba cierto riesgo antes de la pandemia es aumentar la oferta y la demanda sobre los niveles previamente existentes, tomando en cuenta que el acceso a alimentos es un derecho humano fundamental.  En consecuencia, es esencial que el gob= ierno enfoque sus acciones hacia ciertos objetivos elementales. La educación nutricional es uno de ellos, que debe estar acompañada por el diseño de una canasta básica adecuada a las necesidades de la población en materia de nutrición. Esta canasta debe estar dirigida, además, a fortalecer las capacidades inmunológicas de las personas para ayudarlas a hacer frente al riesgo de contagios de COVID-19 y otras enfermedades, así como a prevenir c= ondiciones crónicas no contagiosas, vinculadas con el sobrepeso y la obesidad, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, el cáncer y la diabetes, entre otras, que abundan en Panamá.

 

Deben realizarse esfuerzos para abaratar y hacer más accesible la oferta alimentaria, sobre todo, de los productos de alto valor nutricional = que, idealmente, formarían parte de la canasta básica. Estos esfuerzos pueden dirigirse a promover la agricultura familiar y sostenible, así como la agricultura urbana, que ha dado buenos resultados en otros lugares[133].

 

Por el lado de la demanda, resulta imprescindible mejorar el nivel = de ingresos en Panamá, particularmente en los segmentos menos aventajados de la población, a través de la creación de empleos dignos, la promoción de emprendimientos legales y, mientras estas estrategias rindan resultados, la entrega focalizada, sistemática y suficiente de subsidios. Este artículo ha presentado algunos criterios generales para definir dichos segmentos: la población extremadamente pobre (aproximadamente, 208,000 personas) y pobre (aproximadamente, 524,000 personas) según el Banco Mundial (2018); las pers= onas que viven en condiciones de pobreza multidimensional (789,181 en 2018); y l= os trabajadores desocupados (371,567) e informales (777,162, ambos en septiemb= re de 2020). Estos son los segmentos cuyos requerimientos alimentarios y nutricionales deben priorizarse, junto con sus necesidades de educación, sa= lud y trabajo, desde una perspectiva de derechos (no de favores o de canonjías)= , a través de acciones gubernamentales efectivas, focalizadas y profesionalmente monitoreadas, implementadas mediante planes y procesos alejados del clientelismo y la corrupción que caracterizan el desempeño del sector públi= co en Panamá.



y Licenciado en Finanzas, Universi= dad Santa María La Antigua; Maestría en Relaciones Internacionales, Ohio University; Doctor en Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad de Notre Dame. Profesor Asociado de Ciencias Políticas y Director de la Maestr= ía en Asuntos Internacionales, Florida State University, Panamá. Anteriormente, fungió como Profesor en la Universidad de Nevada, Reno y en la Universidad = del Norte en Colombia. Autor de Panamanian Militarism: A Historical Interpretation (Ohio University Press, 1996) y Pol= itical Careers, Corruption and Impunity: Panama’s Assembly, 1984-2009 (Notre D= ame Press, 2011).  <= /span>

* Ingeniera Ambiental, Universidad Tecnológica de Panamá; MSc en Salud Ambiental, Universidad de Sao Paulo; Candidata a Maestría en Asuntos Internacionales, Florida State University, Panamá. Experiencia como parte de la Carrera Diplomática y Consular de la República de Panamá y como consultora de la Organización Panamericana de la Salud.   

= x Licenciatura en Música, Universi= ty of Southern California; Maestría en Asuntos Internacionales, Florida State University, Panamá.

[1]Acceso: 7 de enero de 2021.

[2] FAO, IFAD, UNICEF, WFP y WHO (2020): The State of Food Security and Nutrition in the World 2020: Transforming Food Systems for Affordable Healt= hy Diets (Roma, FAO ), pp. viii, ix, xvi, xviii, xx, xxii, 3, 4. https://doi.org/10.4060/ca9692enAcceso: 7 de e= nero de 2021. El sobrepeso se reporta a partir= de un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 y la obesidad, a partir de un IMC de 30. Ver FAO, WHO y UNU (2001): “Human Energy Requirements: Report of a Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation”, 1 = FAO Food and Nutrition Technical Report Series, p. 47. en: = Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[3]https://www.mides.gob.pa/wp-content/uploads/2017/0= 3/Plan-SAN-Panam%C3%A1-2017.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[4]http://www.minsa.gob.pa/sites/default/files/public= aciones/asis_final_2018c.pdfAcceso: 7 de enero de 2021.

[5] <= span class=3DNinguno>ULLMAN, Richard (1983): “Redefining Security,” <= span class=3DNinguno>International Security V. 8, Nº1, p. 133.

[6] UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAMME (UNDP) (1994): Human Development Re= port 1994: New Dimensions of Human Security (Nueva York, Oxford University Press), pp. 24-25. Disponible http://hdr.undp.org/sites/default/files/reports/25= 5/hdr_1994_en_complete_nostats.pdf Acceso: 7 de enero de 2021.

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[8] FAO (2008): “= An Introduction to the Basic Concepts of Food Security”, FAO Food Security Programme, p. 1. http://www.fao.org/3/a-al936e.pdf. [9] FAO (2006): “Food Security” Policy Brief, Issue 2, p. 1. Disponible en: = http://www.fao.org/fileadmin/templates/faoitaly/do= cuments/pdf/pdf_Food_Security_Cocept_Note.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[10]www.fao.org/elearning/course/FC/es/pdf/trainerreso= urces/learnernotes0531.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[11][12][13][14] FAO, FIDA y PMA (2013): El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo: = Las múltiples dimensiones de la seguridad alimentaria (Roma, FAO). Disponib= le en: http://www.fao.org/3/a-i3434s.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.[15]http://www.fao.org/3/a-a1601s.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[16] Acceso: 7 de enero de 2021.

[18] Disponible en: https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/c= escr.aspx. Acceso: 7 de enero de 2021.

[19][20] ELVER, Hilal (2016): “The Challenges and Developments of the Right to Food = in the 21st Century: Reflections of the United Nations Special Rapporteur on t= he Right to Food” UCLA Journal of International Law and Foreign Affairs= V. 20, Nº 1, p. 9.

[23]http://www.fao.org/3/a-at772s.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[24][25] Acceso: 7 de enero de 2021.

[26]https://1library.co/document/q5e4kggq-seguridad-al= imentaria-nutricional-panama.htmlAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[27]<= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-bidi-font-family:"Ti= mes New Roman"; mso-ansi-language:ES-PA'>https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detai= l/malnutritionAcceso: 7 de enero de 2021.

[28] FAO et al (2020): The State of Food Security and Nutrition in the World = 2020, p. viii, ix, xvi, xviii, xx, xxii, 3, 4, 7, 8. Disponible en: [29]Disponible en: = https://financial-dictionary.thefreedictionary.com= /Economic+SlowdownAcceso: 7 de enero de 2021.

[30] THE WORLD BANK (2020): “Brief: Food Security and COVID-19”, Disponible en: = . Acceso: 7 de enero de 2021.

[31] SISTEMA DE INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA (2020): “Estimación del impacto económico del COVID-19 en Centroamérica y República Dominicana”, p. 6. Disponible en: https://www.sica.int/documentos/estimacion-del-imp= acto-economico-del-covid-19-en-centroamerica-y-republica-dominicana_1_12193= 5.html.

[32]https://www.maplecroft.com/insights/analysis/food-= insecurity-in-central-america-caribbean-bigger-threat-than-covid-19/= Acceso: 7 de enero de 2021.

[33] OXFORD BUSINESS GROUP (2015): “Panama working to boost production and enhan= ce food security”. Disponible https://oxfordbusinessgroup.com/overview/pillar-gr= owth-state-working-boost-production-and-enhance-food-securityAcceso: 7 de e= nero de 2021.

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[38] United States Department of Agriculture (USDA) (2020): “Food Prices and Spending”. Disponible en: https://www.ers.usda.gov/data-products/ag-and-food-st= atistics-charting-the-essentials/food-prices-and-spending/#:~:text=3DIn%202= 019%2C%20Americans%20spent%20an,from%20home%20(4.6%20percent). Acceso: 7 de enero de 2021.

[39]https://www.acodeco.gob.pa/view.php?arbol=3D4&= sec=3D1&pagi=3D3Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[40] INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSO (2020): “Encuesta de Mercado Laboral 2020: Cuadro 5. Empleo informal en la república”. Disponible en: https://inec.gob.pa/archivos/P05795186202012221233= 42Cuadro%205.pdfAcceso: 7 de enero de 2021.

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[42] THE WORLD BANK (2020).

[43] INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSO (2020): “Encuesta de Mercado Laboral 2020: Cuadro 5. Empleo informal en la república”. Disponible en: https://inec.gob.pa/archivos/P05795186202012221233= 42Cuadro%205.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[44]http://www.fao.org/sustainable-development-goals/i= ndicators/211/es/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[45][46]https://www.bancomundial.org/es/country/panama/ove= rviewAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[47].

[48]https://www.mides.gob.pa/wp-content/uploads/2017/0= 6/Informe-del-%C3%8Dndice-de-Pobreza-Multidimensional-de-Panam%C3%A1-2017.p= dfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[49]http://www.gabinetesocial.gob.pa/wp-content/upload= s/2019/12/MED-DAES-Informe-del-%C3%8Dndice-de-Pobreza-Multidimensional-de-P= anam%C3%A1-2018.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[50][51][52]https://www.cepal.org/es/enfoques/malnutricion-nin= os-ninas-america-latina-caribeAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[53]http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/faoterm/P= DF/ICN2Glossary-Nov2014.xlsAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[54] UNICEF (202= 0): “¿Cómo se diagnostica la desnutrición infantil?”. Disponible en: https://www.unicef.es/blog/como-se-diagnostica-la-= desnutricion-infantil Acceso: 7 de = enero de 2021.

[55][56][57]. Acceso: 7 de enero de 2021.[58] KASPER, Nicole M., HERRÁN, Oscar F. y VILLAMOR, Eduardo (2014): “Obesity Prevalence in Colombian Adults Is Increasing Fastest in Lower Socio-economic Status Groups and Urban Residents: Results from Two Nationally Representati= ve Surveys,” Public Health Nutrition: 17:11, p. 2404.=

[59][60]https://nutricionistaspanama.com/wp-content/upload= s/publicaciones/INFORME_MNINUT.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[61]https://microdata.worldbank.org/index.php/catalog/= 70/download/11490Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[62][63][64]http://www.fao.org/about/meetings/icn2/news/news-d= etail/es/c/265668/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[65] WORLDOMETER (2020): “COVID-19 Coronavirus Pandemic”. Disponible en: = . Acceso: 7 de enero de 2021[66]https://www.prensa.com/impresa/opinion/quedate-en-= casa/. Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[67]Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >489 de 16 de marzo de 2020, (16/5/202= 0) Gaceta Oficial 28.981C.

[68]https://www.meduca.gob.pa/node/3430Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[69]https://www.meduca.gob.pa/sites/default/files/Plan= %20de%20Accio%CC%81n%20%20de%20la%20Estrategia%20de%20MEDUCA%20para%20enfre= ntar%20el%20COVID-19-%20%C2%ABLa%20Estrella%20de%20la%20Educacio%CC%81n%20n= o%20se%20Detiene%C2%BB%20(1).pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[70]Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[71]Comunicado N= o. 16 de<= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= > 18 de marzo de 2020 (16/3/2020= ).

[72] Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >499 de 19 de marzo de 2020 (19/3/2020) Gaceta Oficial 28984-C.

[73]Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >505 de 23 de marzo de 2020 (23/3/2020= ) Gaceta Oficial 28986-B.

[74]Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >507 de 24 de marzo de 2020 (24/3/2020) Gaceta Oficial 28987-B.

[75]Comunicado No. 44 de 8 de abril de 2020[76]https://www.europapress.es/internacional/noticia-p= anama-sustituira-cuarentena-toque-queda-partir-junio-20200527162723.htmlAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[77]https://www.france24.com/es/20200607-panam%C3%A1-v= uelve-a-la-cuarentena-por-g%C3%A9nero-tras-explosi%C3%B3n-de-casos-por-covi= d-19Acceso: 7 de enero de 2021.

[78] THE ECONOMIST INTELLIGENCE UNIT (EIU) (2020): “Panama: Risk of Social Unrest Mounting as Pandemic Persists”. Disponible https://country.eiu.com/Panama/ArticleList/Analysi= s/Politics[79]https://www.copaair.com/documents/20182/2883880/ES= P-COM-20-061-Medidas-sanitarias-para-pasajeros-ingresando-a-Panama.pdf/b9bb= f28b-125e-18a4-c6a2-4c924c04c8bcAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[80]https://elcapitalfinanciero.com/panama-anuncia-un-= cronograma-de-reapertura-economica-que-inicia-el-7-de-septiembre-e-incluye-= la-construccion-el-comercio-al-por-menor-la-aviacion-y-los-hoteles/<= /a>Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[81]Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >1078 de 11 de septiembre de 2020 (11/9/2020) Gaceta Oficial 29111-A.

[82]https://elvenezolano.com.pa/panama-levanta-cuarent= ena-total-los-domingos-y-anuncia-reapertura-de-playas-videos/ Acceso: 7 de enero de 2021.

[83]https://www.prensa.com/sociedad/minsa-ordena-nuevo= -toque-de-queda-y-ley-seca-en-panama-oeste-infractores-no-cobraran-bono-sol= idario/Acceso: 7 de e= nero de 2021; METRO LIBRE (18/12/2020). Dispon= ible en: https://www.metrolibre.com/nacionales/189475-publi= can-decreto-por-toque-de-queda-de-lunes-domingo-de-700-pm-500-am.htmlAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[84]https://www.prensa.com/impresa/panorama/corte-enga= veta-demandas-contra-decretos-del-ejecutivo/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[85]https://www.prensa.com/sociedad/sociedades-medicas= -de-panama-recomiendan-un-cierre-de-actividades-no-indispensables-de-al-men= os-14-dias/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[86]https://www.prensa.com/impresa/panorama/ansiedad-i= nsomnio-y-tristeza-agobian-a-personas-en-cuarentena/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[87]https://www.prensa.com/impresa/panorama/feminicidi= os-aumentan-86-6-durante-2020/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[88]https://www.prensa.com/impresa/economia/pib-acumul= a-caida-de-20-4-por-pandemia/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[89]https://www.prensa.com/impresa/economia/microempre= sarios-el-sector-mas-golpeado-por-la-pandemia/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[90]https://ampyme.gob.pa/wp-content/uploads/2020/04/A= MPYME-VOLUMEN.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[91]https://www.prensa.com/economia/el-mitradel-ordena= -la-reactivacion-gradual-de-los-contratos-suspendidos/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[92]https://www.inec.gob.pa/archivos/P0579518620201222= 123231Cuadro%201.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[93][94]https://www.prensa.com/impresa/opinion/los-retos-e= conomicos-generar-empleo-o-generar-consumo/.

[95]https://apede.org/comunicado18122020/ Acceso: 7 de enero de 2021.

[96]https://www.panamaamerica.com.pa/economia/economis= tas-consideran-que-gobierno-debe-agilizar-apertura-megaproyectos-construcci= on-queAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[97] https://www.unicef.org/panama/comunicados-prensa/u= nicef-presenta-los-resultados-de-la-segunda-encuesta-telef%C3%B3nica-de-hog= aresAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[98] Ibídem.

[99][100] WORLD HEALTH ORGANIZATION (WHO), Haemoglobin Concentrations for the Diagnosis of Anaemia and Assessment of Severity (Geneva, WHO Vitamin and Mineral Nutrition Information System, 2011, WHO/NMH/NHD/MNM/11.1). <= span lang=3DES style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-bidi-font-family:"Times= New Roman"; mso-ansi-language:ES'>Disponible en: = https://www.who.int/vmnis/indicators/haemoglobin/e= n/Acceso: 14 de enero de 2021.

[101][102]https://www.prensa.com/impresa/economia/pandemia-y= -lluvias-reducen-la-oferta-de-productos-agricolas/#:~:text=3DLa%20incertidu= mbre%20generada%20por%20la,los%20principales%20mercados%20de%20comercializa= ci%C3%B3nAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[103]https://www.tvn-2.com/nacionales/Precios-alimentos= -podrian-advierten-productores_0_5623687629.htmlAcceso: 7 de enero de 2021.

[104] EIU (2020).

[105] BRÜCK, Tilman y D’ERRICO, Marco (2019): “Food security and violent conflict: Introduction to the special issue,” World Development V. 117, p. 167= . Disponible en: = https://reader.elsevier.com/reader/sd/pii/S0305750= X19300130?token=3D73186A0A53932A5DBF180ECB898F96CFF1FE79280C9BA976F6E22C1CC= 43D3ECFC5B668A40C8E423A301936CFA3ACEF03Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[106]https://www.prensa.com/impresa/panorama/panama-inv= ierte-solo-0-3-del-pib-per-capita-en-los-bonos/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[107]https://www.prensa.com/impresa/economia/mas-multas= -por-incumplir-el-control-de-precios/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[108]Decreto Ejecutivo No. <= span lang=3DES-PA style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-ansi-language:ES-PA'= >400 de 27 de marzo de 2020 (27/3/2020) Gaceta Oficial 28995-A.

[109]https://www.panamasolidario.gob.pa/seccion/bolsa-s= olidariaAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[110]https://elcapitalfinanciero.com/vale-digital-del-p= lan-panama-solidario-ha-beneficiado-a-1253391-personas/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[111][112]https://www.acodeco.gob.pa/view.php?arbol=3D4&= sec=3D1&pagi=3D1(Ver Cuadro Nº= 2). Acceso: 7 de enero de 2021. =

[113]https://www.critica.com.pa/nacional/24-fallecidos-= por-covid-19-hay-989-casos-positivos-en-panama-575426Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[114]https://www.tvn-2.com/nacionales/Suben-muertos-con= tagiados-COVID-19-Panama_0_5544195576.htmlAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[115]= https://www.mida.gob.pa/upload/documentos/planestr= ategicomayo.pdfAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[116]https://www.panamasolidario.gob.pa/seccion/bolsa-s= olidariaAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[117][118][119]https://www.presidencia.gob.pa/Noticias/Gobierno-n= acional-reintegra-a-menores-de-25-anos-dependientes-economicamente-al-plan-= panama-solidario-Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[120]https://www.panamaamerica.com.pa/sociedad/partir-d= el-1-enero-vale-digital-se-entregara-un-solo-miembro-por-casa-1177712Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[121]Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[122][123]https://www.laestrella.com.pa/nacional/200403/cort= izo-separa-funcionarios-corrupcion-medio-covid-19Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[124]https://ensegundos.com.pa/2020/04/18/aprehenden-a-= hombre-que-portaba-fajos-de-bonos-solidarios/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[125]https://www.telemetro.com/nacionales/2020/04/23/al= faro-funcionarios-aleguen-haber-aceptado/2798405.htmlAcceso: 7 de e= nero de 2021.

[126]http://elsiglo.com.pa/panama/funcionario-embarrado= -bonos-solidario/24158646Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[127]https://www.prensa.com/impresa/panorama/las-anomal= ias-detectadas-en-el-plan-solidario/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[128]http://elsiglo.com.pa/cronica-roja/mujeres-asesina= das-bala-menos-24-horas/24163117Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[129]https://www.prensa.com/impresa/panorama/los-fueros= -que-exhibio-la-cuarentena/Acceso: 7 de e= nero de 2021.

[130][131]https://www.prensa.com/impresa/panorama/auditoria-= social-con-35-quejas-sobre-el-plan-panama-solidario/ Acceso: 7 de enero de 2021.

[132] Ibídem.

[133]Acceso: 7 de enero de 2021.<= span style=3D'font-family:"Garamond",serif;mso-bidi-font-family:"Times New Roman= "; mso-ansi-language:ES-PA'>

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IUSTITIA et PULCHRITUDO (ISSN  1607-4319)

Vol. 2, No. 1, Enero - Junio 2021  

pp. 31 - 61

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