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La Antigua (ISSN 1010-8483; e- ISSN L 2710-7612

N° 84, Julio- Diciembre 2020

pp. 82 - 106

 


Hexágono Z: El niño ante el psicólogo, aportes al tema por parte de seis estudiantes de la Escuela de Psicología

 

Resumen:

Con el nombre de Generación Z se reconoce a quienes nacieron entre 1995 y 2010.= En este espacio, 6 estudiantes de Psicología, integrantes de la Generación Z, realizan su primera publicación relacionada con su campo de estudio; en bre= ve ensayo sobre las características del niño de hoy, visto en el consultorio d= e un psicólogo.

Palabras claves: niño, psicología, psicólogo, paciente psicológico, madurez biológic= a.

 

Abstract:

The name Generation Z recognizes those who were born between 1995 and 2010. In this space, 6 Psychology students, members of Generation Z, made t= heir first publication related to their field of study; in a short essay on the characteristics of today's child, seen in a psychologist's office.

Keywords: child, psychology, psychologist, psychological patient, = biological maturity.

 

¿Qué es o quién es el n= iño y niña paciente?

Valeria Cardona, estudi= ante de psicología USMA

Un niño o una niña, según la perspectiva cognitiva de Jean Piaget, es un ser caracterizado por la forma de pensar dinámica y con reglas de juego coheren= tes y cohesionadas entre sí, y sobre todo diferentes a las habilidades mentales= de los adultos. Según la psicología evolutiva del desarrollo, cada persona tie= ne una reorganización progresiva de los procesos y habilidades mentales como consecuencia tanto de la maduración biológica como del entorno en el que se encuentre, y esto se da mediante una serie de etapas o estadios desde el nacimiento y a lo largo de la vida.

Partiendo de lo anterior, un paciente se podría definir como una persona que se encue= ntra en un estado de alteración que puede llevar al sufrimiento. Ante esto el “paciente” busca ayuda para aliviar o curar esa alteración y sufrimiento, y poder funcionar de manera normal ante las diferentes demandas y situaciones. Aclarado lo anterior, un niño o niña paciente es aquel en el que sus habilidades y procesos, mentales, emocionales y físicos, se ven alterados o afectados. Sin embargo, hoy por hoy los padres no solo llevan a sus hijos al psicólogo al darse alteraciones o situaciones que alteren sus funciones y habilidades, sino que los lleva por diferentes razones, entre los cuales es= tán problemas genéticos y hereditarios, así como problemas no genéticos como lo= son la estimulación previa, aprendizaje emocional, problemas o prevenciones en = el aprendizaje o relacionado la socialización. Esto sucede como resultado de diferentes factores tanto del ambiente, de las situaciones, como de lo inte= rno y de la formación de cada persona.

De acuerdo con la psicología evolutiva, así como en otras ramas de la psicolog= ía, toda persona pasa por una serie de etapas. Según la teoría de las etapas cognoscitivas de Piaget (Papalia, 2012) el crecimiento cognoscitivo se da relacionado a tres procesos que son:

a.      = La organización: La persona en los primeros meses luego del nacimiento comienza a agrupar los objetos y elementos en categorías, algo que Piaget llamó “esquemas”. Y, a medida que se va creciendo y adquiriendo información, estos “esquemas” se vuelven más y más complejos. Por ejemplo, los padres suelen enseñar a un be= be los animales para ello algunos recurren a la canción de “Old McDonald ha= d a farm” o algún cuento o canción similar en la que se muestra un animal y= el sonido de este. A medida el bebé va creciendo aprende no solo a diferenciar= los animales por su sonido= o por su nombre, sino que también comprende que hay animales que no están en = la granja, sino que pueden estar en una casa como mascota o en el mar o el air= e. Y a medida sigan creciendo aprenderán que hay diferentes maneras de categoriz= ar a los animales e incluso que existen nombre científico para los mismos.<= /o:p>

 

b.      La adaptación: es decir, ¿Cómo= la persona incorpora la nueva información a la ya existente? Volviendo al ejemplo de l= os animales, la persona tiene dos maneras de incorporar la nueva información, = una de ellas es la asimilación – por ejemplo, el perro es un animal y la vaca y= el pez también-; en un principio se asimila mediante la categoría de animales y más adelante con la nueva información esta categoría se vuelve más compleja= y se pasa a la acomodación de dichos animales a otras categorías como lo son: mascotas, animales de granja y mamíferos o animales acuáticos.

 

c.      = El equilibrio: Es el balance q= ue se logra entre lo que se tiene y lo nuevo. Por ejemplo, un bebé al nacer tiene el reflejo de succión ante= el pecho de la madre para alimentarse, conforme va creciendo el bebé deja de succionar el pecho y su fuente de alimentación proviene de un biberón que más adelante se convierte en una ta= za o vaso entrenador hasta lograr tomar de un vaso. Ante todos estos cambios el = bebé debe pasar por la asociación de su fuente= de alimento a la acomodación de sí mismo.

 

A su vez, Piaget planteó que estos procesos son integrados por la persona y concretados a lo largo de cuatro etapas (Feldman, 2014):<= /p>

 

1.      Etapa Sensoriomotr= iz: Esta etapa va desde el nacimiento hasta aproximadamente dos años, la misma = se caracteriza por la comprensión que el bebé tiene del mundo sobre todo gira entorno a su curiosidad, reflejos y manipulación de objetos, de esa manera = ir adaptándose al mundo. Usualmente aquí es donde se comienza a cantar, contar historias y leer cuentos para familiarizar al bebé con los sonidos y el lenguaje, también, se pone al bebé en una mantita o tapete en el suelo con algunos juguetes u objetos que pueda mirar y eventualmente tocar, se pone al bebé boca abajo para comenzar a gatear y consecuentemente agarra objetos pa= ra caminar. En la actualidad se puede observar que cada vez más padres, en esta etapa, comienzan a estimular a sus hijos sensorialmente desde temprano con elementos del día a día que se encuentran en casa, como, por ejemplo: granos secos, bolitas de diferentes tamaños, almohadillas, y otros (incluso comida) para que exploren diferentes texturas. También se realizan actividades en l= as que en niño puede mover y desplazarse para tener contacto con su entorno, lo que ayuda a establecer límites y posteriormente refuerza el aprendizaje (Pereira et al, 2019)

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2.      Etapa preoperacion= al: Esta etapa va desde aproximadamente los dos años hasta los siete años y se caracteriza por el desarrollo del lenguaje que permiten al niño expresarse.= En esta etapa muchos niños utilizan los juegos a manera de expresarse como se sienten o lo que piensan, por ejemplo, el jugar con muñecas o carros se pue= de llegar a dar un diálogo en el que inconscientemente el niño utiliza a los personajes u objetos del juego para decir lo que le suceda, desde un punto = de vista incluso egocéntrico. En esta etapa los niños comienzan a formar lazos afectivos fuera del ámbito familia y a relacionarse con otros pares en la escuela u otra actividad que realicen. Así mismo, en esta se da el principi= o de la conservación en el cual los niños se dan cuenta que a unos les pueden gu= star los carritos, como a otros los balones o las muñecas, o incluso que a unos = les gusta jugar con muchas cosas y a otros con pocos objetos. Con este último s= e da el paso a la siguiente etapa.

 

3.      Etapa de operacion= es concretas: Esta etapa va aproximadamente desde los siete años hasta los doce años, y se caracteriza por el comienzo del principio de conservación, la cu= al toma tiempo comprender dado a que a su vez se da un cambio en el egocentris= mo y se aprende a diferenciar de manera más consciente al otro como diferente a = uno. También en este se da la llamada ‘etapa de la reversibilidad’ en la que el = niño comprende que algunos cambios pueden revertirse a su estado original como h= ay otros que no. Ejemplo de un cambio reversible es: darle forma a una macilla= o arcilla y pasar de una bolita a una figura y luego de la figura a la bolita= ; un cambio no reversible podría ser: tomar una flor y apretarla o aplastarla, y= al verla de nuevo se puede observar que no puede regresar a su estado natural o inicial.

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4.      Etapa de operacion= es lógico-formales: Esta etapa va aproximadamente de los 12 años hasta la edad adulta, y se caracteriza por desarrollar y producir nuevos tipos de pensami= ento abstracto, formal y lógico. Por ejemplo, en relación a la etapa anterior de operaciones concretas, ante un juego de mesa como lo es “Clue” puede= que no se comprenda en su totalidad y traten de resolver el misterio de manera aleatoria, en cambio un niño en esta etapa comprende con mayor facilidad la idea de armar una estrategia para tener oportunidad de recaudar la mayor cantidad de pistas e información de manera rápida para resolver el misterio= y ganar.

 

Cabe resaltar que hoy en día muchos padres tratan de estimular desde edades tempranas a sus hijos para tener alguna oportunidad de avanzar más en su desarrollo, aunque no siempre es conveniente. Hasta hace unos años muchos padres consideraban el uso de la tecnología para el aprendizaje y la estimulación del habla, sin embargo, diferentes estudios revelan la controversia de una estimulación temprana a la tecnología, incluyendo el us= o de videojuegos (duración de uso y contenido de este). Según un estudio realiza= do por Bernete (2012), comenta que el uso de las tecnologías y el acceso a ráp= ido a información refuerzan las formas nuevas formas de crecer y desarrollarse y crear vínculos con otras personas. Según la investigación realizada por Espinoza & Rodríguez (2017) mencionan la satisfacción y seguridad que l= es genera el uso de la tecnología para mantenerse en contacto con las personas= y obtener información sobre diversos temas, sin embargo, afirman que los niño= s y adolescentes prefieren tener contacto presencial con otros para reforzar sus sentimientos se seguridad y sus lazos emocionales.  En la actualidad temas relacionados a l= as tecnologías y su uso a diversas edades es aún un tema controversial y de de= bate y que a criterio de cada padre o encargado para su uso y supervisión.<= /o:p>

 

Referencias bibliográficas

_      =   Papalia, D., Feldman Duskin, R., & Martor= ell, G. (2012). Desarrollo humano&nb= sp;(12th ed.). McGraw-Hill.

_      =   Feldman, R., Ortiz Salinas, M., Núñez Herrejó= n, J., & Palos Báez, E. (2014). Psicología con aplicaciones de países de habla hispana<= /i> (10th ed.). McGraw-Hi= ll Interamericana.

_      =   Guillen Pereira, L., Rojas Valladares, L., Formoso Mieres, A., Contreras Velázquez, L., & Estevez Pichs, M. (2019)= . Influencia de la estimulación temprana en el desarrollo sensorio-motriz de niños de cu= atro a seis añosRetos35(1579-1726), 147-155.

_      =   La psicología evolutiva y el desarrollo infantil. Instituto Europeo de Educación. (2019).  

_      =   Desarrollo cognitivo, emocional y social en la etapa infantil.= La necesidad de psicoterapia | VIU. Universidadviu.com. (2018).

_      =   Espinoza Núñez, L., & Rodríguez Zamora, R. (2017). El uso de tecnologías como factor del desarrollo socioafectivo en niños y jóvenes estudiantes en = el noroeste de México.

 


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¿Quién es el niño o niña paciente?

Nicole Marques Maduro, estudiante de psicología USMA

Hace un tiempo, la concepción de niñez era distinta a la que hoy conoce= mos. El concepto de infancia ha transcurrido diferentes concepciones a lo largo = de los siglos; desde tener una concepción del niño como un adulto pequeño asumiendo las mismas responsabilidades de estos (Papalia y Martorell, 2017), como un objeto propiedad de un tercero (padres), hasta la concepción de un = ser bueno/divino por naturaleza. Hoy en día entendemos la niñez como una etapa = del ciclo vital donde la persona, es decir el niño, es un ser humano en desarro= llo. Esto quiere decir que sus capacidades físicas, cognitivas, psicológicas y sociales están en formación. Según Shapiro (1999), es en virtud de la condi= ción subdesarrollada de los niños que los adultos sienten que tienen obligaciones especiales con ellos, obligaciones que son de naturaleza paternalista. Estas obligaciones incluyen deberes para protegerlos, nutrirlos, disciplinarlos y educarlos. Además, el autor argumenta que son de naturaleza paternalista po= rque los adultos se sienten obligados a cumplirlos sin importar si los niños en cuestión consienten en ser protegidos, nutridos, disciplinados y educados. = De hecho, pensamos en los niños como personas que deben ser criadas les guste o no. No obstante, el constructo niñez es un constructo social, es decir es un concepto que es una invención de la cultura (Papalia y Martorell, 2017).  Por tanto, no hay un concepto definitiv= o y absoluto para la pregunta ¿Qué o quién es un niño?; lo que explica por qué = este concepto también puede variar entre culturas y a lo largo de los años.

Por otra parte, desde una postura psicológica nos planteamos otra pregu= nta, ¿Quién es un niño o niña paciente? Para Winnicott, psicoanalista dedicado al estudio y trabajo con infantes, “el bebé no existe, lo que existe es la par= eja de crianza” y de ahí sus teorías y pensamientos sobre el ambiente facilitad= or. Lo que representa entonces una limitación el comprender al niño como un individuo aislado. Debido a que el niño dependiente y en desarrollo, tiene influencias de factores ambientales que pueden promover u obstaculizar su crecimiento; debemos contemplar a un niño paciente en conjunto a su ambient= e, en especial a sus padres que son responsables de “criarlos”. Por tanto, la concepción del niño en consulta está ligada a contemplar que aquello que se “atiende” está unido a sus padres, formando una triada de elementos que se interrelacionan: padre, madre e hijo. Así pues, el niño paciente es un niño inmerso en un sistema relacional que influirá en su crecimiento, la formaci= ón de su aparato psíquico y su sintomatología; a través de diversas identificaciones, proyecciones, demandas y demás (Petit et. al, 2011).=

Desde esta postura, la capacidad de atender a niños en terapias psicológicas, en especial desde la rama de psicodinámica, fue una discusión= y una controversia en sus inicios, donde resaltan autores como Melanie Klein, Margaret Mahler, Anna Freud y Donald Winnicott. La realización de esta tera= pia se volvió un verdadero desafío debido a que no se podía pretender que los n= iños se desenvolvieron de igual manera que un adulto en el ambiente psicoanalíti= co con los populares métodos del diván y la asociación libre. Pero existían ot= ros factores que debían tomarse en cuenta como: ¿Se pueden beneficiar de una terapia psicodinámica? ¿Qué se debe atender, si la estructura psíquica y las funciones del yo (básicas, de defensa y de síntesis), siguen en construcció= n y no hay algo “formado”? Los autores enfatizaban la posibilidad de atender ni= ños en consulta psicológica debido a que existen procesos que pueden ser intervenidos y hay un yo, aunque inmaduro, con el que se puede trabajar. No obstante, existen diferencias de un niño y un adulto pacientes, por lo que = los autores argumentaban que había que utilizar otra “vía” o técnica donde se pudieran expresar, comunicar y elaborar material clínico; siendo esta el ju= ego.

Por otro lado, actualmente los niños son diferentes a los niños nacidos hace unos siglos atrás. Con esto quiero decir que el tiempo y el contexto en donde nos encontramos va a influir en la presentación de dificultades y peculiaridades en los niños que llegan hoy donde el psicólogo a su consulta. Tenemos diferentes variables que al principio de la evolución de la teoría y las terapias de corte psicodinámico no estaban presentes. Algunas de estas = son la tecnología, la hiperconexión a través de las plataformas tecnológicas, la televisión, las aplicaciones en smartphones y tablets para niños, la inserc= ión laboral de ambos padres en el ambiente laboral, entre otras. Esta nueva for= ma de vivir va a influir en lo que consideramos “un niño paciente” hoy en día.=

Por consiguiente, debemos preguntarnos: ¿Cómo es el niño en la actualid= ad y por qué lo conceptualizamos de esta manera? En primer lugar, según Narodows= ki (1999), estamos pasando por una redefinición del concepto de infancia. Narodowski llama “infancia hiperrealizada” a esa infancia que se caracteriza por niños que manejan el internet, las computadoras, los canales de televis= ión y los videojuegos. Narodowski apunta hacia un elemento esencial en la “cris= is de la infancia moderna”: argumenta que la infancia deja de ocupar o debilit= a su concepción de dependencia, deja de ser vista como un período de “iniciación= ” (a la vida adulta, al conocimiento) y pasa a ser infancia y adolescencia que en vez de depender del adulto son capaces de guiar a este en un mundo de caos, siendo este el virtual. Argumenta que ya no demandan la protección, guía o consejo de los mayores, tanto como la satisfacción inmediata de sus deseos adquiridos por la cultura mediática y digital. Esto nos lleva a considerar = que un factor para entender quién es el niño hoy es a través de lo que consume y cómo lo consume. Hoy en día, el niño es tomado como blanco para el mercado.= De la misma forma en que las costumbres, creencias, prácticas, varían en funci= ón de la época, las modalidades lúdicas y juguetes de preferencia de los niños también lo hacen, ya que son efecto de la cultura (Gallaztegui, 2017). Encontramos diversos juguetes, videojuegos, libros, aplicaciones tecnológic= as y programas de entretenimiento (series y películas) dirigidos a estos, que contienen características diferentes a la de dirigidos hacia los adultos. De manera de profundizar, hablaremos de tres tipos de consumo y algunos de sus ejemplos.

Entre los programas de entretenimiento tenemos contenido visual de Yout= ube. Durante una encuesta realizada en junio de 2018 a los usuarios de YouTube en los Estados Unidos, el 81 por ciento de los padres con hijos de 11 años o m= enos declararon que habían dejado que sus hijos vieran videos en YouTube. Otra encuesta de noviembre de 2018 descubrió que, en términos de consumo de contenido de video para niños, la transmisión de video en línea era más pop= ular que la televisión en vivo. Además, en los Estados Unidos se reportó que pas= aban un promedio semanal de 10.7 horas viendo contenido de este tipo (Statista, 2018). Este contenido varía desde canciones, pequeños cortos animados, seri= es, entre otros. Entre los canales más conocidos actualmente están Reino Infant= il, Paw Patrol, PJ Masks, por mencionar algunos. Estos programas se caracterizan por que son coloridos, cortos, repetitivos, con canciones y tramas simples.= Se puede decir que están dirigidos para los niños, porque toman en consideraci= ón aspectos como spam de atención, la etapa cognoscitiva que se encuentran (co= mo etapa concreta de Piaget por lo que no usan abstracciones complejas en su trama), al igual que de canciones “pegajosas” y fácil de memorizar que perm= iten que el niño pueda aprender y participar del programa. Conocer cuáles son el tipo de contenido que ve, que le llama la atención y cuánto tiempo lo ve es esencial para entender la vida interna del niño paciente. También, considero que el contenido de Youtube pone al niño en una posición pasiva, de especta= dor, contrario a lo que se esperaría de una conducta más exploratoria y construc= tiva en su ambiente, característico de la infancia. Conocer esto permite explorar las posibles implicaciones en entender su conducta y la formación de su mun= do interno.

Por otro lado, los videojuegos son otro tipo de entretenimiento que consumen los niños hoy en día. Entre ellos encontramos juegos como Minecraf= t, Mario Kart, Battle Royale y Fortnite.  Según investigaciones, los videojuegos comparten muchas similitudes = con los juegos tradicionales y probablemente proporcionan beneficios similares a los proporcionados por el juego en general (Granic et al, 2013). Entre ellos están aspectos como promover la lectura, las habilidades visoespaciales, las habilidades solución de problemas, las conexiones sociales y la capacidad de participar del juego imaginativo y creativo. No obstante, podríamos resaltar que necesidades del niño los videojuegos “satisfacen”. Eyal (2018), argumen= ta que hay aspectos en los videojuegos que cumplen necesidades del niño de la actualidad. Entre ellos la competencia: la necesidad de dominio, progresión, logro y crecimiento; la autonomía: la necesidad de volición y libertad de control sobre nuestra elección; y también la capacidad relacionarnos: la necesidad de sentir que somos importantes para los demás y que los demás nos importan que permiten los juegos colaborativos. Esta postura permite ver los videojuegos de una manera más global y nos permite definir qué consigue o n= o el niño a través de estos y cómo influyen en su crecimiento, tanto el adaptati= vo como el desadaptativo.

Por último, los libros siguen siendo un elemento que consumen los niños. Entre ellos podemos mencionar; El monstruo de colores de Anna Llenas, Cuent= os de buenas noches para Niñas Rebeldes de Favilli y Cavallo, El diario de Gre= g de Jeff Kinney; aunque hay muchos más. Así mismo, hay un mayor crecimiento de bibliotecas infantiles en línea en forma de aplicaciones como son las de Raz-Kids y Epic!, que permiten la experiencia de leer sea más enriquecedora= , ya que, evalúa el nivel de lectura del niño para proporcionar libros ajustados= en dificultad y permite satisfacer los diversos intereses en los niños por la cantidad de temas diversos que contiene. Sabemos los beneficios de la lectu= ra, como estimular el lenguaje, despertar la imaginación y la curiosidad, desarrollar habilidades sociales y habilidades de comunicación. No obstante, también conocer la relación que tiene el niño con los libros y las historias nos puede expandir el entendimiento de este. Así mismo, conocer los persona= jes con que se identifica y el tipo de historias que disfruta nos indicarán aspectos de su vida psíquica.

Por tanto, todos estos elementos que consumen los niños nos pueden a ay= udar a entender mejor a lo que consideramos hoy en día un niño.  Por ejemplo, cuáles son sus competencia= s, cómo está su desarrollo y cuáles necesidades satisfacen estos elementos. Al mismo tiempo, entender lo que consumen los niños nos permite hipotetizar y estudiar cómo esto puede afectar su desarrollo biopsicosocial, su aparato psíquico, sus funciones del yo y su adaptación al entorno.

En conclusión, la niñez es el periodo de la vida donde nos desarrollamo= s, donde gradualmente se adquieren competencias físicas, cognitivas, psicológi= cas y sociales. Así pues, el niño no es autónomo, ni se encuentra aislado; en su desarrollo existen influencias ambientales que impactan su crecimiento. El = niño crece en una familia, una cultura y una época particular que en conjunto modifican lo que se considera hoy en día el niño paciente. Por lo que el psicólogo debe contemplar todo esto al momento de atender a niños en su consulta.

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Bibliografía

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Gallaztegu= i, N. (2017). El niño del siglo XXI y su jugar. https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/handle/20.500.12008/18520

Granic, I., Lobel, A., & Engels, R. C. M. E. (2014). The benefits of playing video games. The American Psychologist, 69(1), 66-78.

Narodowski= , M. (1999). Después de clase: desencantos de la escuela actual. Buenos Aires. Novedades Educativas.

Papalia, D. E., & Martorell, G. (2017). Desarrollo humano. México. McGraw-Hill.

Petit, A.,= et al. (2011). Cuestiones de psicoanálisis con niños. Medellín: Asociación Foro del Campo Lacaniano de Medellín.

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Rojas Paz Soldán, X. G., & Lora, M. E. (2008). El niño como sujeto desde el psicoanálisis. Ajayu órgano de difusión científica del departamento de Psicología UCBSP, 6(2), 108-124.

Schapiro, = T. (1999). What Is a Child? Ethics, 109(4), 715-738.

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Statista, = s.f. (2018). YouTube most subscribed kids content channels 2020. Recuperado junio 2020, de https://www.stati= sta.com/statistics/785626/most-popular-youtube-children-channels-ranked-by-= subscribers/


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¿Qué es un niño?

 Paola Silvera, <= span lang=3DES style=3D'font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman",serif;mso= -fareast-font-family: "Times New Roman";color:black;mso-ansi-language:ES'>, estudiante de psicolo= gía USMA

El comportamiento y la vida en general de los niños es influenciada de = gran manera por sus experiencias, y de qué manera las internalizan, las cuales v= an desde la interacción con sus padres, juguetes favoritos, hasta las caricatu= ras que tanto disfrutan ver. Esa combinación de factores es lo que conformará la personalidad de ese individuo al crecer, de qué manera se autoevaluará y definirá su relación con otros.

Hoy día los niños se encuentran en gran contacto con medios tecnológico= s al utilizar desde tempranas edades aparatos como tablets y smartphones, que comúnmente se utilizan como método para distraer y entretener al niño por m= edio de videos o juegos de personajes reconocidos. Aunque han surgido diversos aparatos y medios tecnológicos, una constante que ha permanecido ha sido los dibujos animados y las series, ya sea que los vean en televisión o webs de servicios de transmisión como Netflix o Disney+, que siguen creando conteni= do para los más pequeños. El enfoque del presente trabajo es el efecto de seri= es animadas y de vida real en la construcción de las distintas aristas que conforman a un individuo.

En un estudio realizado por Kayla Bois y Brad Bushman en la Universidad= de Michigan, concluyeron que los niños entre las edades de 2 a 11 años miran e= ntre 28 y 32 horas de dibujos animados a la semana. Eso nos indica que para los niños y pre-adolescentes, mirar ese tipo de series animadas conforma gran p= arte de su día a día, y por estudios publicados en la página de la UNICEF, se demuestra que el secreto está en la configuración mental temprana, una vez hecho esto, se podría predecir el patrón de acciones futuras de los niños, = ya que es un factor en el desarrollo cerebral en la infancia que se da de mane= ra universal (Habib & Soliman, 2015). Por ello, los tipos de series que ve= an los individuos a lo largo de su niñez, por formar parte de sus horarios diarios, podría ser un indicador y un factor de gran influencia en su vida posterior. La mayoría de los estudios encontrados, se basan en los tipos de series televisadas y vistas principalmente en los Estados Unidos, sin embar= go, gracias a la globalización esas series, en su gran mayoría, también se pued= en encontrar en otros países o como ya mencionado, gracias a los servicios de transmisión, son programas que son vistos en diversos países de los diferen= tes continentes. Además, las series y películas americanas suelen ser una de las más populares y entre las más vistas alrededor del mundo.=

Habib y Soliman (2015) mencionaron en su estudio que, en promedio, para= los 12 años un niño había observado 18,000 horas de dibujos animados; esto significa que la caricatura es uno de los principales factores que esculpen= el cerebro humano, dando como resultado un conjunto predeterminado de formas de pensar y comportarse. En otro estudio realizado por Sharmin en la Universid= ad de Michigan, se describió que las caricaturas suelen ser llamativas para los niños gracias a su corta duración, efectos visuales y diferentes escenarios= que exponen, los cuales son factores que ayudan a que el niño pueda absorber la información con mayor facilidad a comparación a contenido académico enseñad= o de una manera más tradicional y menos llamativa.  Es por esa razón que muchas veces los sistemas educativos fallan en transmitir contenido académico, y porque le resulta más fácil a un niño pod= er sentarse por horas para ver una serie de su preferencia. Por lo tanto, es responsabilidad de los padres cuidar y velar por los tipos de contenidos a = los que son expuestos sus hijos. Los niños que miran programas educativos, tien= den a tener mejores calificaciones, realizar actividades como leer, ser más creativos y valorar sus logros a comparación con los niños que miran progra= mas con contenidos de violencia o solo de entretenimiento (Diehl y Toelle, 2011; Habib y Soliman, 2015). Mirar un programa involucra un proceso de aprendiza= je, e independientemente de cual sea el aprendizaje, los niños tienden actuar aquello que observan y lo implementan en su modo de socializar con sus pare= s y con el mundo en general (Baran y Davis, 2009; Habib y Soliman, 2015).<= /o:p>

Ya se ha mencionado el nivel de importancia y de qué manera, desde un p= unto de vista global, el mirar algún tipo de serie durante la infancia influye e= n la vida del niño; ahora, es importante mencionar los tipos de efectos que pued= en tener dependiendo del contenido a los cuales son expuestos. Entre sus efect= os positivos en el área social, una caricatura puede transmitirle al niño cómo controlar sus conductas, obedecer a sus padres o maestros, en desarrollar conductas prosociales, conductas de liderazgo, les puede enseñar sobre dive= rsas actividades como realizar un deporte o incluso habilidades de ‘scouts’ para conocer cómo actuar en ambientes naturales. Un héroe en una caricatura puede convertirse en un modelo para el niño durante años y esas habilidades puede= n ser absorbidas por el cerebro del niño si se transmiten de una manera atractiva= y correcta. Un buen modelo para el niño puede contrarrestar los efectos secundarios negativos que podrían ocurrir en la vida real, haciendo que el = niño reciba un contenido de buenas acciones y mensajes para esculpir correctamen= te su cerebro (Habib y Soliman, 2015).

Al referirse a los efectos negativos, las investigaciones hacen referen= cia al contenido que puede confundir al niño con lo que experimenta en la vida = real y contener instrucciones que contradicen a la de sus figuras de autoridad. = El contenido negativo, a propósito o mal administrado, podría llevar a un niño= a dudar de su crianza, sus habilidades, su forma de pensar, su estilo de vida= o su religión. En la investigación de Habib y Soliman (2015), se enfocan en d= os de los factores más peligrosos que pueden contener los dibujos animados que mira el niño, los cuales son la sexualidad y violencia. Respecto al conteni= do sexual, este tipo de exposición provoca que la mente de los niños pequeños = se despierte la curiosidad y atracción por la anatomía del sexo opuesto; ademá= s, varios contenidos sexuales en la caricatura provocan un caso psicológico llamado ‘Novedad’, en el cual la Dopamina, conocida como la molécula de la = adicción,  se activa y produce continuamente sin limitaciones, esto conduce a una disfunción cerebral ya que el proceso de fertilización siempre está alerta y se activa varias veces en un corto intervalo de tiempo, llevando al niño que cada vez busque contenido similar para buscar la misma sensación.

Respecto al contenido de violencia, en una investigación realizada por = el Dr. Huisman también de la Universidad de Michigan, se plantea que hay dos posibilidades sobre los efectos que puede tener este tipo de contenido en l= os niños. La primera posibilidad es la ‘desensibilización’, donde el niño pier= de la lógica pensando en el resultado de sus acciones, lo cual lo lleva a recr= ear situaciones que observa en las caricaturas que pueden tener grandes consecuencias en  la vida real. La segunda posibilidad es el miedo y la vacilación, que ocurre cuando un niño cuestiona las consecuencias que desafían la lógica en las situaciones mostr= adas en las caricaturas, que lo llevan a dudar de sus acciones en la vida real a= l no poder predecir el resultado correcto de sus acciones. En otra investigación realizada por Thomas A. Kooijmans en el Instituto de Tecnología de Rocheste= r, concluyó que la violencia que aparece en exceso y sin razón en un programa = de televisión, causa un aumento excesivo en la producción de adrenalina que ca= usa un estado mental inestable (Habib y Soliman, 2015).

Sobre el efecto de los dibujos animados en el cambio de la respuesta me= ntal y comportamiento de los niños, diversos estudios llegaron a la conclusión de que, en primer lugar, las caricaturas son un factor importante que afecta la infancia de un individuo y es parte considerable del tiempo de un niño. En segundo, que las caricaturas son un arma de doble filo ya que podría arruin= ar la infancia de un individuo al exponerse excesivamente a contenido sexual y= de violencia, o podría ayudar a criar a un niño equilibrado con un estado ment= al adecuado. Por último, que los dibujos animados podrían actuar como una escu= ela en casa, para enseñarle a un niño la experiencia de vida que no se obtiene = de los padres o de la escuela (Habib y Soliman, 2015). Es decir, que gracias a esta investigación y otras similares han podido comprobar la gran influencia que tienen este tipo de series en la vida de un niño y de qué manera influy= e en su comportamiento, principalmente respecto a otros, ya sea con sus pares o = con figuras de autoridad como sus padres o maestros. 

Ya se ha podido revisar el efecto que pueden tener programas vistos por= los niños respecto a su comportamiento hacia los demás, sin embargo, es importa= nte revisar de qué manera influye en la construcción de sus autoevaluaciones y autoimagen. Una situación que se ha presentado desde la creación de program= as televisivos y películas es la falta de diversidad en los medios de comunicación, por presentar en un su mayoría personas caucásicas y la mayor= ía siendo hombres, lo cual se creería que para este punto del siglo XXI ya es = algo que se hubiera corregido pero lamentablemente es una situación que se sigue presentando hoy día. En un artículo de Forbes del 2019, haciendo referencia= a un extracto del libro de Nancy Wang Reel Inequality: Hollywood Actors and Racism publicado en el 2016, habla sobre cómo los medios populares pueden t= ener un impacto negativo en las percepciones de las personas blancas sobre las personas de color. Se menciona que un estudio indicó que los prejuicios raciales no verbales en las expresiones faciales y el lenguaje corporal, co= mo muchas veces son representados en programas de televisión populares, influy= en en los prejuicios raciales de los espectadores blancos. Wang estableció que= un ejemplo de ello son los estereotipos hacia las personas latinas en los medi= os de comunicación, que pueden llevar negativamente a la audiencia a asociar la inmigración con el aumento del desempleo y la delincuencia; y como además de agravar las tensiones raciales y las representaciones negativas de las pers= onas de color, pueden afectar negativamente la forma en que las personas de colo= r se ven a sí mismas. La exposición prolongada a la televisión puede predecir una disminución de la autoestima para todas las niñas y los niños negros, y un aumento de la autoestima para los niños blancos. Otro ejemplo muy importante que nos brinda Wang es como esas diferencias se correlacionan con los prejuicios raciales y de género en Hollywood, que considera a los hombres blancos como los héroes, mientras que dejan a un lado o clasifican a otros grupos como los villanos u objetos sexuales. El normalizar las imágenes racistas puede tener efectos acumulativos en la sociedad. “No podemos desca= rtar las representaciones diferenciadas de los medios de los grupos raciales com= o un mero entretenimiento si queremos tomar en serio su impacto en nuestra juven= tud” (Wang, 2019).

Como se sabe, los roles de género a menudo se representan estereotípicamente en la programación televisiva de los niños (Furnham & Farragher, 2000; Peruta & Powers, 2017) y que los personajes masculinos superan constantemente a los personajes femeninos. Esto es importante porque los comerciales de televisión dirigidos a niños están cargados de informaci= ón ideológica sobre raza, género, etnia y el lugar de uno en la sociedad. Las mujeres tienden a hablar menos que los hombres y las personas de color tien= den a tener roles de menores status y papeles secundarios en vez de ser persona= jes principales (Peruta & Powers, 2017). Partiendo de los postulados de Ban= dura (1986) vigentes hasta la fecha, la forma en que se presentan las imágenes de televisión puede influir en la forma en que los niños interpretan y respond= en al comportamiento modelado. En el estudio realizado por Peruta y Powers en = el 2017, que tenía como objetivo establecer cómo se representan los personajes= de minorías raciales y étnicas en comerciales de televisión dirigidos a niños, enfocándose solamente en comerciales en el canal de Nickelodeon, pudieron encontrar que las personas de raza negra están sobrerrepresentados, los lat= inos y latinas están gravemente subrepresentados, y los asiáticos se representan= en números similares a lo que uno debería esperar en función de la población. = Por otro lado, las mujeres están subrepresentadas como presentadoras principale= s en los comerciales mostrados por Nickelodeon, y las personas de color tienden a ser representadas de una manera más estereotipada a comparación de sus contrapartes de tez blanca. Desde un enfoque teórico cognitivo social, se esperaría que las personas de tez negra y los blancos fueran menos propenso= s a desarrollar autopercepciones negativas basadas en la exposición porque se p= resentan en números iguales o superiores a sus números de población de la vida real y están retratados positivamente (Bandura, 1986; Mastro & Stern, 2003). Mientras que los niños latinos o aborígenes, por otro lado, pueden estar recibiendo implícitamente el mensaje de que sus respectivos grupos demográf= icos no son tan legítimos como los otros grupos.

Como reflexión final, después de haber realizado esta revisión bibliográfica, se puede decir que un niño es tanto sus experiencias externas como internas, ya que mucho va a depender de qué manera va a percibir e internalizar esos modelos de su infancia para constituir su personalidad y actitudes hacia sí mismo para lograr una correcta construcción de su autoes= tima y autoimagen. Incluso, no solo esas experiencias tendrán un impacto de mane= ra individual, sino que  tendrá repercusiones en sus conductas sociales, en la manera que percibe a los dem= ás y las actitudes que adopta frente a ellos; por lo tanto, es de gran importanc= ia y valor que los padres velen por la seguridad y crianza de sus hijos al cuida= r el tipo de contenido y experiencias a las cuales los exponen. Como se ha mencionado a lo largo de este trabajo, el niño es una esponja que absorberá todo interacción de su ambiente y mientras más se identifique con algo o alguien, mayores probabilidades de que lo adopte como propio y lo convierta parte de su personalidad, que está apenas construyéndose.=

Se ha visto en los últimos años cambios en la representación y contenid= o en los programas que van dirigidos a los niños, o incluso en películas como la= s de superhéroes basadas en cómics, pero aún existe un largo camino por recorrer= al lograr que sean series o películas que logren transmitir un mensaje positivo para los niños; además, con el incremento del uso de aparatos tecnológicos,= se debe aprender a regular el uso de estos. Cabe destacar que existen otros factores que pueden tener un impacto en la vida del niño y que no toda su personalidad va a ser moldeada a partir de lo que observan en la televisión= o una tablet pero sí contribuye a una pequeña parte. Como cuidadores y profesionales de salud mental, es importante la educación hacia los padres = para las buenas prácticas de crianzas para que logren reflexionar sobre qué cosas sus hijos se están viendo expuestos. Si logramos la creación de mayores programas educativos, con diversidad en sus personajes para que ningún niño= se quede por fuera y se sienta representado en una pantalla, y una mayor regulación de cuántas horas diarias se mira estos programas, será un pequeño avance en la manera en que se educa a los niños y contribuirá en el aumento= de las probabilidades de que lleguen a crecer para ser adultos con altas capacidades para vivir en sociedad.

Bibliografía

Habib, K., & Soliman, T. (2015). Cartoons’ Effect in Changing Child= ren Mental Response and Behavior. Recuperado de http://dx.doi.org/10.4236/jss.2015.39033

Peruta, A., & Powers, J. (2017). Look Who’s Talking to Our Kids: Representations of Race and Gender in TV Commercials on Nickelodeon. International Journal Of Communication, 7, 1133-1148. Recuperado de https://ijoc.org/index.php/ijoc/article/view/5113

Wang, N. (2019). Why Is Equal Representation In Media Important? Recupe= rado de https://www.forbes.com/sites/quora/2019/05/22/why-is-equal-representatio= n-in-media-important/#5ab1c55a2a84


¿Quién es el niño paciente?

Laura Díaz, estudiante de psicología USMA<= /p>

El niño de la actualidad puede tener similitudes al ser comparado con el niño que existía hace unos años, pero también se diferencia debido a los sucesos particulares que vivimos en esta época y a los elementos que ahora forman parte de nuestras vidas y que antes no, elementos entre los que dest= acan los avances tecnológicos. A continuación, se explorará cómo está construido= un niño paciente en la actualidad, basado en su desarrollo psicosocial y de los medios que lo rodean como lo son los programas infantiles y los catálogos de tienda que venden artículos que diferencian e identifican a este niño de los niños del pasado. Para la elaboración de este ensayo, se busca comprender al niño desde la psicología del desarrollo, específicamente desde la perspecti= va cognoscitiva, y de esta manera explicar quién es el niño paciente.

El desarrollo psicosocial del niño incluye el desarrollo de las emocion= es, personalidad y de las relaciones sociales. Este proceso de desarrollo se ve impactado por el desarrollo físico y cognoscitivo (Papalia, 2017) que depen= de de una gran cantidad de variables como la estimulación por parte del ambien= te o la carga genética del sujeto, o la herencia.

Según la teoría de las etapas cognoscitivas de Piaget, el desarrollo cognoscitivo de los niños avanza en las etapas sensoriomotriz, preoperacion= al, operaciones concretas y operaciones formales. Los niños gradualmente comien= zan a relacionarse con el ambiente y a partir de este organizan sus actividades sensoriales y motoras. En la etapa preoperacional, el niño desarrolla un sistema para representar su mundo externo mediante símbolos y en la etapa de operaciones concretas, logra pensar de manera lógica pero no de manera abstracta aún. (Papalia, 2017)

Es en la etapa preoperacional (de 2 a 7 años) donde los niños menores podrían beneficiarse de series como The Octonauts o Paw Patrol, en las cual= es se demuestra en cada episodio cómo se puede trabajar en equipo para solucio= nar un problema. Este tipo de series puede ayudar a organizar el pensamiento ló= gico ya que los niños comienzan a dividir a los personajes como buenos o malos, héroes o villanos. Si bien las problemáticas se suelen presentar de una man= era fantasiosa, estimulan el pensamiento de los niños al proveerles información acerca de cómo funcionan las relaciones interpersonales en el mundo real e incluso les enseñan, de manera divertida, distintas palabras, nombres de objetos, y en el caso de The Octonauts, nombres de especies de animales marinos, en cada episodio. En estas series se puede ver ejemplificada la socialización e internalización de valores en una sociedad, que impulsa el desarrollo moral. Es más adelante en su desarrollo cognoscitivo, alrededor = de la etapa de operaciones formales, donde pueden pensar en soluciones abstrac= tas para problemas y comienzan a comprender como un personaje puede ser bueno, = pero cometer actos erróneos sin necesariamente ser malo.

Con el pasar de los años, un factor permanece constante y este es la capacidad innata que tienen los niños de adaptarse a su ambiente. Esto perm= ite su crecimiento cognoscitivo que ocurre en tres procesos que se relacionan e= ntre sí: la organización, la adaptación y el equilibrio. Mediante la organizació= n, los niños crean categorías como lo son “bueno”, “malo”, “amigos”, “familia”. Luego, crean esquemas, definidos como patrones organizados de pensar y actu= ar basado en sus experiencias. Posteriormente, aprenden a adaptarse a su ambie= nte por medio de la asimilación de nueva información y la acomodación de su estructura cognitiva para incluir esta asimilación. Los niños se encuentran= en procesos de aprendizaje activos y complejos y las series educativas, como l= as mencionadas anteriormente, podrían ayudar al niño a comprender todo lo que observa y a clasificar las experiencias de aprendizaje en categorías. Si bi= en estas series pueden ser entretenidas y estar a su vez cargadas de informaci= ón didáctica, cabe destacar que el adulto tiene que supervisar la cantidad de tiempo que el niño es expuesto a las pantallas de televisión, iPad o celula= r, ya que puede ser contraproducente el uso excesivo de estos aparatos tecnológicos. Esta es una consideración que posiblemente no se tenía en el pasado, pero ha incrementado con los constantes avances tecnológicos (Papal= ia, 2017).

Otro factor que afecta el desarrollo cognoscitivo del niño paciente que antes no estaba presente es el efecto del empleo materno. En décadas anteriores, era común que la madre se ocupara del hogar y de la crianza de = sus hijos mientras que el esposo era el encargado de proveer económicamente y s= alir del hogar a trabajar. En la actualidad, muchas madres optan por trabajar y dicha salida de la madre del hogar se encuentra ligada a la delegación del cuidado de su hijo en manos de terceras personas o incluso a dejarlo solo durante su ausencia. (Quiroga Canahuate, 2010).

Papalia (2017) refiere que desde 1975 más de la mitad (55.8%) de las ma= dres de bebés de un año de vida y 54% de las madres con hijos menores de tres añ= os eran parte de la fuerza laboral en el 2011 (U.S. Bureau of Labor Statistics, 2012). Ante lo anterior podríamos preguntarnos: ¿Cómo afecta el empleo de la madre al desarrollo de sus niños? El Study of Early Child Care que se llevó= a cabo por el National Institute of Child Health and Human Development mostró “efectos negativos sobre el desarrollo cognoscitivo entre los 15 meses y los tres años cuando las madres trabajaban 30 horas o más a la semana al noveno= mes de un niño.” (Papalia, 2017)

Sin embargo, otro estudio que buscaba medir el efecto del empleo de las madres sobre el desempeño escolar de sus hijos demostró que el efecto del trabajo materno es pequeño y no significativo. Sin embargo, lo anterior no implica necesariamente que el trabajo materno no afecte el aprendizaje de l= os hijos, sino que muestra que el efecto del trabajo materno es heterogéneo y = de signos diversos en la población, por lo que no se observa ninguna tendencia significativa (Quiroga Canahuate, 2010). Otros autores declaran que los resultados de sus investigaciones son pequeños, pero sí son significativos = aquellos efectos negativos del empleo materno en el resultado del desarrollo cogniti= vo de madres que tuvieron un empleo de tiempo completo en el primer año postpa= rto en comparación a aquellas que pospusieron su empleo hasta un año después de haber tenido a su bebé. (Hill, et al., 2005) A pesar de esto, cabe destacar= que hay factores que pueden disminuir dichos efectos negativos como la sensibil= idad de la madre, una guardería de alta calidad y un ambiente familiar favorable (Brooks-Gunn, Han y Waldfogel, 2002).

También me parece pertinente considerar la concepción de los roles de género que existe en la sociedad actual y cómo esta influye en el proceso d= e la construcción de la identidad del niño paciente. Comúnmente se les indica cu= ál es el rol de los niños y niñas en la sociedad por medio de sus propios juguetes. Los juguetes rosados que incluyen juegos de cocina, bebés de jugu= ete y maquillaje de plástico son algunos de los juguetes diseñados para niñas, a las cuales se le atribuye la feminidad, la belleza, lo estético, el rol de madre y las apariencias. Los juguetes de color azul o de acción como pistas= de carros y trenes son diseñados para los varones, a los cuales se les atribuy= e la fuerza. Si bien algunos juguetes siguen divididos en fashion dolls y figura= s de acción, en el catálogo de una famosa tienda por departamento del país se pu= ede observar cómo han evolucionado algunos juguetes desde el tiempo en que yo e= ra niña hasta la actualidad.

Existe una mayor variedad de juguetes que pueden utilizarse por ambos, niños y niñas, que demuestra como los roles de género y la construcción de = la identidad pueden ser escogidos por las personas, cuando antes eran inflexib= les. Ejemplos de estos son los juguetes de Play-Doh de diversos colores, tablero= s y escritorios para dibujar, juegos de casitas y juegos de cocinas ahora para niños y niñas cuando en el pasado solo eran de color rosado o solo mostraba= n a niñas en los catálogos de cocinas. No solo en este ejemplo, sino a lo largo= de todo el catálogo pude observar cómo hay niños y niñas en partes del catálogo donde solo se encontraba uno de estos anteriormente y estaban divididos por colores. Aunque aún se puede percibir una división, esta es más sutil y aho= ra el catálogo utiliza otros colores como naranjas, morados y verdes además del estricto rosado y azul.

Luego de explorar factores y elementos que construyen la identidad del = niño paciente, pude ver con mayor claridad quién es este en la actualidad. El ni= ño siempre se desarrollará y aprenderá en base a la interacción de sus experiencias con el medio ambiente y sus componentes biológicos. Este ambie= nte se encuentra en constante cambio, brindando estimulación continua por medio= de series y dispositivos tecnológicos que en el pasado hubieran sido inimaginables. Su concepto del yo y su identidad han evolucionado, así como= la del mundo que los rodea, permitiendo menor rigidez en la escogencia de jugu= etes y posteriormente mayor flexibilidad en cuanto a los esquemas mentales de la persona. Sus familias se han transformado de ser en su mayoría tradicional a ser monoparentales, de padres homosexuales o de madres con empleos. En este mundo cambiante, permanece la búsqueda del niño paciente de encontrar respuestas, descubrir el mundo y desarrollar nuevos síntomas.

En conclusión, pienso que el niño paciente es aquel que expresa comportamientos característicos de la época actual y sus nuevos desafíos, p= ero, a su vez, se enfrenta con retos inherentes a la experiencia humana que han existido por décadas sobre cómo crecer y cómo desarrollarse adaptativamente= en aspectos cognoscitivos, psicosociales y físicos. En el futuro, aspiro ser psicóloga de niños y para esto considero de suma importancia mantenerme actualizada con el ambiente que rodea a los niños y cómo se conforma el concepto del niño paciente a lo largo del tiempo.

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Referencias bibliográficas:

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          Burns, P. (Productor) (2013) Paw Patrol [Programa de Televisión]. Canada: Elevation Pictures. Est= ados Unidos: Viacom CBS Domestic Media Networks.

          Hill, J. L., Waldfoge= l, J., Brooks-Gunn, J., & Han, W.-J. (2005). Maternal Employment and Child Development: A Fresh Look Using Newer Methods. Developmental Psychology, 41= (6), 833–850. Disponible en https://doi.org/10.1037/0012-1649.41.6.833 

          Idelson, A., Ialacci,= K., Higgins, G. (Productores) (2010) The Octonauts [Programa de televisión]. Irlanda, Reino Unido: Silvergate Media para CBeebies de BBC.

          Papalia, D. E., Marto= rrell, G. (Eds.). (2017). Teoría e Investigación. En Desarrollo Humano (13.ª ed., = pp. 29–31). México, D.F. McGraw Hill Education.

          Papalia, D. E., Marto= rrell, G. (Eds.). (2017). Desarrollo psicosocial en los primeros tres años. En Desarrollo Humano (13.ª ed., pp. 185–188). México, D.F. McGraw Hill Educati= on.

          Quiroga Canahuate, V.= (2010). El Efecto del Empleo de las Madres Sobre el Desempeño Escolar de sus Hijos. Disponible en http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/102373  

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El niño como paciente

Ángela Jiménez Rodríguez, estudiante de psicología USMA

Los niños siempre han existido, igual que las enfermedades físicas, emocionales y cognitivas que ellos pueden padecer. Los infantes han sido objeto de estudio desde que los seres humanos aparecieron en el planeta, pero no bajo un enfoque científico, puesto que, aunque parece difícil de creer, hubo una época oscura para la ciencia en la cual los niños no existían, al menos no de la forma en que los concebimos nosotros.

Según Philippe Ariés (1962), los niños en la Europa medieval no tenían ningún est= atus especial o distintivo. Antes de 1600 eran considerados como “adultos en miniatura”. La niñez no se consideraba una etapa cualitativamente diferente= de la adultez (Ariés, 1962; Acocella, 2003). Parece casi impensable admitir qu= e no fue hasta la época de Darwin, creador de la teoría de la evolución, que se = ve a los niños de una forma diferenciada. Se sostiene entonces que los niños son seres distintos a los adultos en todas sus facetas. Y así, con el avance de= la psicología a inicios del siglo pasado, es que finalmente la infancia se estudia, gracias a personajes como Margaret Mead, quien aporta el dato de q= ue el ciclo vital muchas veces no es universal, sino que depende de lo cultura= l, y Stanley Hall, quien en los años 20 diferencia la niñez, la adolescencia y la adultez, estableciendo hitos, derechos y deberes a cada una.

En un principio, lo que dificultaba este trabajo es el hecho de que el “niño” = y su concepción en términos de etapa del desarrollo, son términos concretos pero tienen un significado abstracto. ¿Se habla de la infancia? Claro que sí, de= sde siempre, como he comentado, pero con un enfoque en los hitos psicosociales, físicos, cognitivos, en lo inesperado y en lo que se puede hacer si algo fu= era de la norma aparece. Sin embargo, la definición de “niño” muy pocas veces aparece en las fuentes bibliográficas y aunque se tiene una concepción de e= ste término, la cual todos utilizamos, al momento de tener que definir al niño paciente nos encontramos ante una gran incógnita. Entonces, ¿cómo definimos= al niño si no se tiene un concepto claro de niñez?

Primero, para definir a un niño hay que definir al padre: ¿Qué es un padre?, o qué c= arga tiene la palabra “padres”, tanto para el niño, la sociedad y el psicólogo q= ue trabaje como mediador. Mientras que los términos “padre” y “madre”, con bas= e en el Diccionario de la Lengua Española,   pueden definirse como un ser humano que engendra un hijo. Para la psicología, en corte psicodinámica, el padre es aquel que sostiene una func= ión ordenadora ante el niño, por lo cual representa un significante primordial, según la teoría psicoanalítica (Dör, 1989). Freud incluso plantea que los padres (y la relación que se dé con estos) serán los encargados de influir, junto a otras fuerzas, en la formación de la estructura (y modus operand= i), por la cual se regirá el niño, y futuro adulto. Igualmente plantea que el n= iño pasa a ser heredero del narcisismo primario del padre (“his majesty the = baby”, On Narcissism), así mismo de sus aspiraciones súper yoicas, buscando identificarse con sus padres y con sus propios hijos, lo cual es demostrado= con las tan famosas frases “eso no tiene importancia”, “yo también lo hice”, “es igualito a mí”. En resumen, podemos ver que el concepto padre es ambiguo y = es definido por cada persona, es un significante que tiene un significado dist= into para cada conjunto de padres e hijos.

 

Ahora, desde el punto de vista técnico, legal y social, encontramos otros elemento= s. Con base en lo que señala la Convención de los Derechos del Niño de 1989, un niño puede ser definido como: “todo ser humano menor de dieciocho = años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad» (p.10). Esta definición es aquella que se entiend= e de manera legal ante el término niño y aunque la mayoría del mundo la acepta, = como lo demuestra la ratificación de la Convención aceptada por 192 países, es importante destacar que igual quedan muy “al aire” ciertas interrogantes có= mo: ¿puede un humano de 16 años que trabaja ser considerado un niño? ¿Cómo func= iona en aquellos países que mantienen políticas menos estrictas acerca del biene= star del niño? Y, en el caso del psicólogo, ¿cómo funciona un niño paciente?.

Para poder empezar a entender al niño, y por ende tratarlo como paciente, debemos conocerlo no solo de definición, sino por su día a día. Y es que no todas l= as generaciones son iguales ni han crecido con los mismos estímulos, y esto claramente influye sobre los síntomas y las patologías que podrían aparecer= en cada una. Como sostuvo Freud, cada contexto hará camino para que se desarro= llen nuevos síntomas o para que el conflicto psíquico tenga nuevas vías de escap= e, y es por esto que la nueva generación de infantes probablemente, sumado a lo = que está sucediendo con el covid-19, tendrán conflictos, síntomas y motivos latentes muy diferentes a lo que los que presentan las personas hoy. Podemos ver el estatuto social del niño contemporáneo en las sociedades avanzadas e= stá más acentuado que nunca: el niño existe para la sociedad y esta debe hacerse cargo del niño.

Es importante recalcar que ser niño ahora es muy distinto a lo que solía ser antes: los programas de televisión como “Peppa Pig”, “Shimmer y S= hine”, “Shaun la oveja” y “Paw patrol” predominan la cotidianid= ad del niño, en muchos casos, reemplazando aquello que generaciones pasadas tu= vieron más presentes como libros o juegos manuales. Los niños de ahora han nacido = con la tecnología, con una “tablet” en la mano, en referencia a que su diario vivir gira alrededor de la tecnología, lo que permite que se tenga t= odo al alcance de la mano, lo que ha impactado todos los aspectos de la “experiencia del niño”. Tienen Netflix, Hulu, iPads, teléfonos táctiles y límites muy difusos sobre el consumo o uso de estos están sobrestimulados y esto los hace susceptibles a desarrollar sintomatologías similares a las que se ven en el trastorno grave como el autismo. Lo anteri= or sucede debido a que, considerando lo comentado por la doctora Anne-Lise Ducanda, encargada del PMI (Protecció Maternal i Infantil) en Franci= a, el uso excesivo que se está dando de la tecnología por parte de los infantes está ocasionando que, debido al exceso de dopamina que surge a tan temprana edad, el córtex frontal, encargado de las procesos cognitivos complejos, se encoja y que los circuitos de comunicación cerebral, que se componen del ár= ea de Broca, área de Wernicke y las circunvoluciones frontales y temporales (Lorritz, 1999).

Volviendo a nuestro tema central, la infancia es un período sumamente importante, en = el cual los acontecimientos de esta parecen tener un impacto directo y manifie= sto sobre la psiquis en la edad adulta. Debido a que los niños no cuentan con medios para soportar la angustia, a diferencia de los adultos, los cambios = no pueden expresarse más que a través de manifestaciones sintomáticas que afec= tan al cuerpo o a la conducta.

Aquí podemos vislumbrar que sí, el niño puede ser candidato para ser paciente por temas neuropsicológicos, motrices, de lenguaje, aprendizaje (uno de los más comunes) o de sociabilidad, pero ¿puede ser un paciente, puede presentar un síntoma? Claro que sí. Si partimos del hecho de que el síntoma puede comprenderse como un mensaje a descifrar, desde la concepción psicoanalític= a, su presencia en la infancia nos dice algo. Dice algo pero de manera oculta,= y es por esto que el síntoma del niño deber ser considerado lo más sensible d= e la experiencia infantil. Sin embargo, hay que tener un “ojo clínico” muy desarrollado, ya que, retomando lo comentado sobre los padres, muchas veces tanto la demanda como el síntoma que se trae a la consulta infantil está empapada por las historias, en donde entra el efecto, y la posible replicac= ión, del estilo de apego, los deseos y los conflictos edípicos de los padres, ad= emás de que la problemática del hijo (“síntoma”) puede estar condensado y desplazando una conflictiva familiar latente, o la herida narcisista que pu= ede aparecer en un padre ante el reconocer que algo no funciona bien con su hij= o y el miedo a la culpa puede ejercer un efecto en el proceso general del niño.=

En los síntomas que el niño presente, reconociendo de esta manera que el = niño efectivamente puede ser paciente y que puede contar con un motivo para enca= jar en este rol, hay que determinar cuánto hay de los padres, de deseos insatisfechos, de expectativas en torno a un ideal y otros aspectos no elab= orados, ya que se puede estar reprimiendo algo de otra historia simbolizada, ocupan= do personajes de los padres o sus interlocutores, como puede ser el caso de una madre que al sufrir el abandono emocional de sus padres repite este patrón = con su hija, tomando ya sea un rol activo, abandonándola, o pasivo, sintiéndose abandonada cuando su hija intenta separarse de ella.

El principal reto, a manera de conclusión, que se puede observar con el niño paciente es no dejarse aprisionar por el motivo de consulta o dilema que pu= eda establecer el padre, puesto que, como he dicho, el niño, quien puede ser vi= sto con el deseo de los padres, el deber de los padres o la carga de los padres, siendo así capaz de ser portador tanto de sus propios síntomas como de el síntoma de otros.

El psicólogo debe ser aquel que ayude al niño a articular su demanda, de esta manera permitiendo que el análisis favorezca la creación de las condiciones psicológicas más favorables para las funciones del yo (Freud, 1937), tomand= o en cuenta que a menudo el fin de una relación entre paciente y psicólogo no es sinónimo de la cura total sintomática, sino más bien de un método de contingencia con el cual el futuro adulto contará para su desarrollo.<= /o:p>

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias: <= /o:p>

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¿Qué es o quién es el niño y niña paciente?

Rafael Anton= io Cornó Valles, estudiante de psicología USMA <= /p>

Dentro del ámbito de la psicología, se puede apreciar la temática del niño como un= a de las estudiadas desde las distintas perspectivas y abordajes teóricos, guard= ando especial relación en su mayoría con el desarrollo evolutivo. Entre uno de l= os abordajes más estudiados y utilizados, se encuentra Jean Piaget (1965), el = cual llevó a cabo una cantidad ilimitada de investigación sobre el campo del pensamiento infantil, lo cual le permitieron poner en evidencia varios aspectos, entre ellos, por ejemplo, que la lógica del niño se construye tan= to progresivamente bajo sus reglas, como a lo largo de toda su vida pasando por diferentes etapas antes de alcanzar a lo que se llamará “adulto”. Describe = el curso del desarrollo cognitivo desde la fase del recién nacido, donde predominan mecanismos reflejos, hasta una etapa adulta caracterizada por procesos conscientes de comportamiento regulados. Para Piaget el pensamient= o y la inteligencia son procesos cognitivos que tienen como base un substrato orgánico-biológico determinado, que se desarrolló en forma paralela con la maduración y el crecimiento biológico.

Es prescindible mencionar que para Piaget, el lenguaje no tiene un carácter constituyente, ese autor desarrolla un especial énfasis más que nada en la acción como punto de partida y es desde está lógica, que se empiezan a crear las primeras representaciones, luego es que el lenguaje se va adquiriendo j= unto a estas.

Tomando una perspectiva más orientada a la teoría Psicoanalítica, Freud (1905), hace una diferencia entre el niño y el adulto, en donde precisa y acentúa su tra= bajo en la constitución del aparato psíquico, el desarrollo de un ser humano que= se realiza siguiendo el orden de maduración del cuerpo. No solo hace la distin= ción al niño del adulto en torno a la pubertad, biológica realizada, sino que también, en relación a ella define los estados del sujeto, que son referido= s de todos modos a los momentos más significativos del movimiento de la estructu= ra edípica que se integran según la diacronía del desfiladero edípico.

En cada etapa de la vida del infante, las pulsiones, los fantasmas y el deseo = de quienes están encargados de criarlo tienen un impacto sobre él, el niño se vuelve creador de roles parentales, a la vez que ve que su estatuto de obje= to se transforma y tiende a borrarse.

Por otro lado, teniendo todo lo anterior en cuenta, ¿Realmente qué o quién es el niño o niña paciente? Una pregunta verdaderamente complicada de contestar, = sin embargo, la manera en que se estructura una posible respuesta sería en que,= un niño o niña paciente, se podría definir como un sujeto el cual se está  sometiendo y encontrando con  sus primeras experiencias, pueden llega= r a ser satisfacciones o decepciones, las cuales de alguna u otra forma irán constituyendo lo que podríamos llamar “síntoma” el cual se irá minimizando o potenciando, dependiendo de los recursos que brinden los padres en las situaciones en las cuales esta sean necesarias.

Si bien es cierto, el niño paciente no es uno el cual pide acudir a una atenci= ón psicológica, dado a que el presenta cierto desconocimiento que se podría combinar con un poco de inocencia en cuanto a lo que los padres creen que l= es puede llegar a afectar a su hijo, por otro lado, lo que hace síntoma para l= os padres, por lo general, muchas veces no es lo que hace síntoma para el niño= o niña, Menés (2017), dado a que en este tipo de casos, tal y como se habló un poco anteriormente, se puede observar la forma en que los padres creen que = ese determinado “síntoma” afecta de manera directa al niño, mientras que muchas veces el niño no sea ni siquiera una persona que tenga cierto tipo de males= tar por lo que presentan los padres ante el especialista, esto de cierto modo l= leva a generar la pregunta de, ¿Qué es realmente un síntoma para un niño y qué es realmente un síntoma para los padres del mismo?

Para tratar de contestar esta pregunta, se tomaron en cuenta variados factores l= os cuales podían ayudar a contestar la misma, en los cuales se encuentra: la percepción del niño ante la situación de ser paciente. Al no tener constitu= ido un aparato psíquico de manera sólida, tanto a nivel cognitivo, como a nivel emocional, la cantidad de compresión que un niño tendrá acerca del signific= ado de ser paciente será limitada, sin embargo, significativa. ¿Por qué es impo= rtante mencionar esto?

Debido a que, los niños que acuden a este tipo de procesos, por lo general, van en busca de un descubrimiento con el cual no se encuentran familiarizados toda= vía, algo que de alguna u otra forma se va manifestando cada vez más de manera evidente, dando a relucir toda la problemática que los padres perciben que presenta en niño. Sin embargo, en primera instancia, lo que se debería dest= acar en este apartado es el poder identificar realmente cuál es el síntoma del n= iño que verdaderamente lo desacomoda, y cuál es el síntoma que se busca despren= der de los padres. Que se logre ver una diferenciación entre lo que le pertenec= e al niño y lo que no, para poder pasar de ser un síntoma a tener un síntoma que dirige a cualquiera, pero que, con la guía indicada de un adulto, saber recorrer todo el largo camino que tendrá ese síntoma en la vida de esta persona, para saber algún día que hacer con él.

En ocasiones, el síntoma de los padres se encuentra reflejado en el niño. Por = lo general esto se manifiesta y actúa más allá de lo implícito, ya que se puede ver de manera explícita la forma en que los padres, dependiendo del sexo y = del género del infante, empiezan a vestir y tratar a su hijo. Pero específicame= nte el aspecto que llama bastante la atención es el primer momento en donde el = niño empieza a tratar de diferenciarse y escoger realmente qué es lo que le empi= eza a gustar por mérito propio, qué es aquello que no y qué es lo que les gusta= a sus padres.

Uno de los casos más específicos es el de la ropa infantil, ahora, obviamente es rol de los padres brindar ropaje para el niño en sus primeros años de vida,= sin embargo, hago más referencia a cuando el niño ya es capaz de vestirse solo y escoger, esa pequeña brecha de la escogencia es lo que poco a poco va diferenciando al niño de sus padres, de manera sutil, tácita, pero que a la larga va agarrando el auge necesario para poder de alguna u otra forma ir constituyendo poco a poco esa diferenciación necesaria para la constitución= de un aparato psíquico diferenciado de los padres.

Ligado a esto, otro de los factores que llega a influir enormemente en cuanto a la diferenciación y descubrimiento infantil, es la escogencia de los juguetes = y la representación simbólica que llegan a tener los mismos. Si bien es cierto la utilización de un determinado juguete, puede variar de manera significativa, pero el rol o significado que este cargue consigo no. Esto particularmente = en análisis y en una hora de juego diagnóstica, puede brindar mucha información acerca de cómo se posiciona el niño en base a su dinámica familiar y consid= erar realmente qué es un síntoma para el niño en base al nivel de desacomode que= le represente el mismo.

Sin embargo, algo que también en lo personal me llama bastante la atención en cuanto a lo que podría ser una respuesta a la pregunta de ¿Qué es o quién e= s un niño o niña paciente? Me lleva a tener que volver de manera casi inevitable= , a los programas infantiles que se solía ver en mis tiempos, en los cuales no = se trataba de hacer tanto énfasis en la manera en que uno podría llegar a sentirse. Pero observando con detenimiento los programas que están transmitiendo hoy en día, no puede evitar pensar en uno bastante controvers= ial pero relativamente famoso, llamado Steven Universe, en el cual, Stev= en es un chico de 13 años el cual es mitad humano, mitad gema, se enfrenta a los retos de la pubertad y la adolescencia, pero a su vez debe proteger el mund= o de su especie. A lo largo de la serie se van mencionando varias temáticas de carácter significativo y relevante de cierto modo para este ensayo, dado que pueden llevar a explicar cómo todo lo que va sucediendo en la infancia, tie= ne repercusiones en nuestra pubertad y eventualmente en la vida adulta, sin embargo, a pesar de esto, este programa infantil, me parece relevante dado a que ejemplifica de manera variada todo lo que es y fue síntoma para Steven (conflictos, inseguridades, dudas) y todo lo que fue síntoma para sus padres biológicos. Todo esto es gracias a que, además de Steven, tener una edad re= lativamente ya madura en la cual logra diferenciar entre lo que le pertenece y lo que no (sintomatológicamente hablando), el programa hace especial énfasis en que es sumamente importante hablar de nuestras emociones y cómo estas nos van afectando al pasar de los tiempos, dado a que si las mismas se llegan a reprimir, eventualmente saldrán de alguna u otra forma por medio de manifestaciones conscientes o inconscientes.

Por ende, teniendo en cuenta todo lo mencionado, se podría concluir en que, se puede observar que el espacio analítico le brinda al niño un espacio en el = cual puede ser reconocido como un sujeto responsable, se abre el campo de la responsabilidad, en el cual se busca darle sentido a estos momentos lógicos, los cuales irán constituyendo al sujeto como sujeto y en los cuales se irá inscribiendo frente al Otro, y a partir de esa estructura podrá responder a= ese Otro, aprendiendo diferenciar, qué es lo que verdaderamente le pertenece a = él y qué le pertenece a sus padres.

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Referencias bibliográficas

Lacan J., (1999) "Seminario 4: La Relaci= ón de Objeto", Argentina, Buenas Aires. Editorial Paidós.  

Piaget J., (1965) "El Lenguaje y el Pensamiento del Niño Pequeño", Argentina, Buenas Aires. Editorial Paidós. &n= bsp;

Freud S., (1905) "Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual y otras obras".<= o:p>

Disponible en: http://www.multimedia.pueg.unam.mx/lecturas_formacion/identidad_imaginaria/= Tema_III/Sigmound_Freud_Tres_Ensayos_sobre_la_sexualidad.pdf

Rodulfo R., Rodulfo M, (1986) "Clínica Psicoanalítica en Niños y Adolescentes", Buenos Aires, Argentina. Lugar Editorial.   

Dor J., (1995) "Introducción a la Lectura de Lacan", Barcelona, Españ= a. Gedisa Editorial

 

= No Bibliográficas

Sugar, R., Jones-Quartey, I.  & Michal= ka, E., (4 noviembre de 2013). Buscarino, J., Austen, C., (Productores), Steven Universe. United States, California: Cartoon Network Studios.

Maduro, F. (2019) Félix juguetes. Catálogo de Juguetes infantil. 

 

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