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La
Antigua (ISSN 1010-8483; e- ISSN L 2710-7612
N°
84, Julio- Diciembre 2020
pp.
132 - 133
Benigno Quin=
tero
Morán. Médico cardiólogo, escritor y folclorista
Resumen:
El tambor es=
uno
de los elementos básicos en la música folclórica panameña. En este artículo=
se
presentan, además del origen de esa influencia, las diversos tipos de tambo=
r,
su presencia en diversas culturas y el modo en el que se incorpora el tambo=
r a
la cultura musical del istmo panameño.
Palabras cla=
ves:
folclor panameño, música, tambor, cultura
Abstract:
The drum is on=
e of
the basic elements in Panamanian folk music. This article presents, in addi=
tion
to the origin of this influence, the various types of drums, their presence=
in various
cultures and the way in which the drum is incorporated into the musical cul=
ture
of the Panamanian isthmus.
Keywords: P=
anamanian
folklore, music, drum, culture
Según el
etnomusicólogo italiano, Leonardo D’Amico: “El tambor cónico de un solo par=
che,
con un sistema de tirantes de cuerdas y cuñas, que permite la tensión de la
piel del tambor, fue definido por Bernard Ankermann (1901) con el nombre de keilringspannung. Dic=
ha
variante de tambor africano aparece entre los ekoi de Camerún y los bakundu=
y
ogowe en Gabon. El mismo presenta interesantes semejanzas estructurales con=
el
sangbei de los susu y de los mende en Sierra Leona (List, 1994) , y con cie=
rtos
tambores panameños (pujador, repicador), colombianos (llamador y alegre),
venezolanos (chimbangueles), brasileños (atabaques: rum, rumpi y lê) y cuba=
nos
(enkomo), - diferenciados según el tamaño en bonkó enchemillá o enchemí, oró
apá, obí apá y kuchi yeremá - que pertenecen a la sociedad secreta cubana
Abakuá (conocidos también como Ñáñigos), heredera de la sociedad de Leopardo
Ekpe (Miller 2009) , difundida ent=
re los
Efik de Calabar, (en el área fronteriza entre Nigeria y Camerún)”.
Es preciso s=
eñalar
que cada una de las múltiples culturas o etnias africanas conocidas, a pesa=
r de
sus grandes diferencias lingüísticas, sociopolíticas, culturales y religios=
as;
siempre han sido objeto de entrañable atracción y admiración, debido a su
envidiable riqueza musical rítmica, donde, a pesar de sus diferencias en
instrumentación, siempre han compartido la obligatoriedad de su polirritmia=
.
En nuestro p=
aís,
esta herencia polirritmica africana es aún respetada y practicada en las
regiones folklóricas de Costa Abajo de Colón, La Chorrera y Coclé (Antón,
Penonomé, La Pintada y Natá), lugares en donde es común la presencia de cua=
tro
tambores de origen africano: una caja bimembranófona y tres tambores de cuña
monomembranófonos.
Respecto al =
nombre
de los tambores de cuña, en Costa Abajo de Colón, existen dos pujadores (un=
o de
tonalidad un poco más alta que el otro) y un repicador; en cambio, en La
Chorrera y en la provincia de Coclé, los tambores de cuña son llamados puja=
dor,
claro y sequero.
En las regio=
nes
folklóricas de Azuero, Veraguas, Chiriquí y Darién, ha desaparecido uno de =
los
cuatro tambores (usan una caja bimembranófona y dos tambores de cuña). En l=
as
tres primeras regiones anotadas, los tambores de cuñas son llamados: pujador
(que ortodoxamente debería ejecutar el sonido de pujo y claro) y repicador =
(que
debería tocar el sonido claro y seco). En el caso de Darién, estos tambores=
de
cuña son llamados hondo y sequero.
Dentro de la
región de la península de Azuero, la provincia de Los Santos solo utiliza la
caja redoblante, con bordones dispuestos diametralmente en el parche inferi=
o.
Esta, a pesar de tener un origen ancestral africano, es una adaptación que
podría remontarse en sus inicios hasta las civilizaciones egipcia, arábiga y
asiria; traída durante el periodo colonial por los españoles a nuestras
tierras. Por otro lado, en esta misma región peninsular se da la particular=
idad
de que el Tamborito de Parita es el único en el país que hace uso simultáne=
o de
dos cajas con estructuras diferentes, las cuales marcan ritmos totalmente
distintos: la caja más ancestral africana, sin bordones en la membrana
inferior, y la caja redoblante, traída por los europeos.
En la región
folklórica de Costa Arriba de Colón, ha desaparecido en un gran número de
poblados la caja bimembranófona. En estos lugares, los tambores de cuñas us=
ados
son dos hondos, uno de tono más alto que el otro- y un sequero.
Resulta impo=
rtante
agregar que en algunas regiones del país, además de los tambores de origen
africano y las palmadas, dentro de su organología, al momento de interpretar
los diversos aires de su tambor nativo, podemos encontrar otros instrumentos
que actúan como acompañantes rítmicos. Tal sería el caso de las maracas en =
la
región folklórica de Costa Arriba de Colón y Darién, así como el uso del
almirez en el distrito de Antón.
Igualmente, en la isla de San Miguel, correspondiente al archipiélag=
o de
Las Perlas, a pesar de ser una de las regiones más apartadas y antiguas de
nuestro istmo con influencia africana, tienen dentro de su organología el
violín y la guitarra española, como instrumentos propios para interpretar su
singular tamborito .
Para conclui=
r este
escrito, quisiera citar el yembé, instrumento de origen africano diferente a
nuestro tambor cónico de cuñas, muy popular en la actualidad, donde clarame=
nte
se observa plasmada la riqueza musical de nuestra madre ancestral rítmica,
además de los tres tonos encontrados en su ejecución: agudo, medio y grave.
Estos tonos nos recuerdan no solo los tres sonidos o tonos clásicos de nues=
tro
tambor cónico de cuña (el pujo, el claro o campana; el seco) sino también la
técnica practicada al ejecutar nuestro tambor, para así lograr interpretar =
los
diferentes ritmos autóctonos del istmo panameño.